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“El gato negro”, uno de los cuentos fundamentales de Edgar Allan Poe
PUBLICADO POR: CINE Y LITERATURA 6 NOVIEMBRE, 2018
Por lo que respecta a los cuentos de horror, predomina el tema de la muerte, el cual trae apareado el argumento de la angustia y el desasosiego que produce el saber que es imposible escapar a la muerte. El otro gran tópico de los relatos de horror es el de la necrofilia (algunos piensan que hay una obsesión de Poe por esta variable), la que viene acompañada de rasgos sádicos como vemos en la breve historia “El gato negro” que es el que ahora presento a la consideración del lector o lectora.
En el cuento el narrador describe que de niño tuvo muchas mascotas y ya de casado lleva una vida hogareña apacible; la joven pareja tiene variadas mascotas incluyendo un mono. Todo va bien hasta que el marido empieza a dejarse arrastrar por la bebida; el alcohol lo vuelve una persona violenta y en uno de sus ataques primero le saca un ojo al gato y poco tiempo después lo cuelga de una rama. Esa misma noche se produce un incendio que destruye su casa y todas sus pertenencias. Sin embargo, en la única pared que quedó en pie se podía observar la imagen de un gran gato con una soga al cuello.
Poco tiempo después, un segundo gato aparece (es el verbo adecuado, pues se trata más bien de una aparición, pese a la corporeidad física del animal) en la cantina y lo sigue a su casa, y se convierte de esta forma en la nueva mascota; sin embargo, el animal muestra una especial preferencia por la esposa, lo cual produce odio y temor en el narrador; a partir de este punto, las cosas van de mal en peor y en una ocasión en que la pareja bajó al sótano acompañado del gato, este estuvo a punto de tirarlo de las escaleras; el tomó un hacha que tenía a mano y trató de matarlo, pero su mujer lo detuvo y entonces el hombre clava hacha en la cabeza de la mujer.
Para deshacerse del cuerpo, el victimario la entierra en una de las paredes del sótano. Al terminar de esconderla el hombre expresa: “Al menos aquí, mi trabajo no ha sido en vano”. La policía comienza a investigar la desaparición de la mujer y buscan en su casa y cuando están a punto de irse sin haber encontrado nada, el aullido del gato delata el crimen y al criminal.
La narración del cuento es circular; es decir, después de una vida apacible de niño, rodeado de mascotas, aun ya de adulto y casado, el personaje se degrada por el alcohol a niveles inhumanos y mata al primer gato; el círculo se cierra con la aparición del segundo gato, al que le sigue un nuevo acto de violencia (el asesinato de la mujer) y la venganza (rasgo humano otorgado al animal) en la mascota de reemplazo que delata al criminal.
Por otra parte, la historia se encuentra relatada como una evocación o como una confesión por un narrador “personaje”; este narrador hace alusión directa a sus acciones, a su perversión (ese impulso humano a hacer lo que no es debido hacer, de hacerlo por el simple hecho de hacerlo) y a su falta de remordimientos.
El resto de personajes a que se alude en el cuento: la esposa, la policía, los animales, todos operan desde el anonimato; tal vez el primer gato a quien el narrador describe como grande, bello y sagaz hasta un grado asombroso sale un poco de las sombras volviéndose el antagonista del narrador; tanto así que hasta se nos revela su nombre: Plutón, patronímico de la divinidad del infamando en la mitología latina; Hades en la versión griega.
El segundo gato, por mucha semejanza que presenta con Plutón (incluso con su ojo tuerto), posee una característica que los contrapone: una macha blanca que le cubre casi por completo el pecho, y que puede ser considerada como un signo de fidelidad con su antecesor lo que explica el porqué y la razón de su parecido con el narrador: lo sigue a casa, lo fastidia y después delata su crimen entregándolo a la justicia; vengando de esta forma la muerte de Plutón.