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La cigarra y la hormiga
Durante todo un verano, una cigarra se dedicó a cantar y a jugar sin preocuparse por nada. Un día, vio pasar a una hormiga con un enorme grano de trigo para almacenarlo en su hormiguero.
La cigarra, no contenta con cantar y jugar, decidió burlarse de la hormiga y le dijo:
—¡Qué aburrida eres!, deja de trabajar y dedícate a disfrutar.
La hormiga, que siempre veía a la cigarra descansando, respondió:
—Estoy guardando provisiones para cuando llegue el invierno, te aconsejo que hagas lo mismo.
—Pues yo no voy a preocuparme por nada —dijo la cigarra—, por ahora tengo todo lo que necesito.
Y continuó cantando y jugando.
El invierno no tardó en llegar y la cigarra no encontraba comida por ningún lado. Desesperada, fue a tocar la puerta de la hormiga y le pidió algo de comer:
—¿Qué hiciste tú en el verano mientras yo trabajaba? —preguntó la hormiga.
—Andaba cantando y jugando —contestó la cigarra.
—Pues si cantabas y jugabas en verano —repuso la hormiga—, sigue cantando y jugando en el invierno.
Dicho esto, cerró la puerta.
La cigarra aprendió a no burlarse de los demás y a trabajar con disciplina.
Moraleja: Para disfrutar, primero tienes que trabajar.
El perro y su reflejo
Un perro muy hambriento caminaba de aquí para allá buscando algo para comer, hasta que un carnicero le tiró un hueso. Llevando el hueso en el hocico, tuvo que cruzar un río. Al mirar su reflejo en el agua creyó ver a otro perro con un hueso más grande que el suyo, así que intentó arrebatárselo de un solo mordisco. Pero cuando abrió el hocico, el hueso que llevaba cayó al río y se lo llevó la corriente. Muy triste quedó aquel perro al darse cuenta de que había soltado algo que era real por perseguir lo que solo era un reflejo.
Moraleja: Valora lo que tienes y no lo pierdas por envidiar a los demás.
El murciélago y las comadrejas
Un murciélago cayó al suelo y de inmediato fue atrapado por una comadreja que detestaba las aves. Viéndose a punto de perecer, le suplicó a la comadreja que lo dejara vivir. La comadreja se negó, diciendo que era su naturaleza ser enemiga de todas las aves. Resuelto a no darse por vencido, el murciélago le aseguró que no era un ave sino un ratón. Dudosa, la comadreja se acercó al murciélago y al notar que este no tenía plumas, lo dejó en libertad. A los pocos días, el murciélago volvió a caer al suelo y fue atrapado por otra comadreja. Sin embargo, esta comadreja sentía una gran hostilidad hacia los ratones. Nuevamente, el murciélago rogó por su vida. La comadreja se negó, afirmando que desde el día de su nacimiento es enemiga de todos los ratones. El murciélago le aseguró que no era un ratón sino un ave. La comadreja se acercó al murciélago y al observar sus alas, lo dejó volar. Fue así como el murciélago escapó dos veces.
Moraleja: Es de sabios adaptarse a las circunstancias.
Explicación: