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Introducción
Los implantes no sólo se diferencian en su diseño y en los materiales constituyentes sino que también difieren en el tratamiento y acabado de la superficie y en la naturaleza de su recubrimiento.
Hoy día la superficie del implante es un tema de alto interés ya que de ella depende la posible osteointegración entre un cuerpo extraño que es el implante y un organismo vivo que es hueso.
Nos conviene recordar algunas ideas al respecto para así lograr una mayor comprensión de la clave del proceso, la interfase formada entre implante y hueso del paciente.
No olvidaremos que a mayor superficie del implante mejor se puede realizar la osteointegración fisiológica, estructural y funcional, asimismo como el concepto biocompatibilidad del implante con el organismo del huésped, que es una respuesta adecuada del biomaterial con el organismo sin ningún tipo de reacción adversa (1-3)
Las capas atómicas más externas de la superficie de un implante son regiones críticas asociadas con interacciones bioquímicas en la interfase implante-tejido.
Por eso influye de forma muy importante el tipo de material de recubrimiento y su acabado, lo que nos interesa es que esos materiales bioinertes sin capacidad osteogénica convertirlos y transformarlos mediante tratamientos adecuados en materiales bioactivos, los cuales sí son capaces de estimular la formación de hueso sobre toda la superficie del implante.
Tratamientos de las superficies para implantes
Los implantes pueden estar recubiertos de materiales diversos, aunque su estructura y composición interior suele ser metálica (predominantemente de titanio y de sus aleaciones y combinaciones), pueden a su vez estar recubiertos de materiales metálicos, cerámicos, poliméricos y otros tipos de recubrimientos.
Existen diferentes tipos de tratamientos que se pueden realizar en las superficies de los implantes con el objetivo de favorecer y mejorar la osteointegración, entre los tratamientos más efectivos de hoy día destacamos:
En las superficies metálicas, se pueden recibir diferentes tipos de tratamientos que tratan de hacerlas más idóneas, para así poder cumplir mejor su objetivo.
Estos tratamientos son:
A) La pasivación
Se logra mediante el recubrimiento de la superficie con una capa de óxido que limpia toda la superficie de restos orgánicos e inorgánicos y evita la liberación de iones metálicos al medio exterior (oxidaciones y corrosiones que producen desestructuración), así se aumenta la biocompatibilidad, también se favorece la resistencia al desgaste y se mejora la dureza de la superficie. Se pueden realizar mediante la inmersión en ácido nítrico al 40 % y también en soluciones de este ácido con ácido fluorhídrico, en pocos segundos (alrededor de 30 g), con lo que se logra una pequeña capa anodizada (4, 5).
B) La anodización
Habitualmente se realiza por medio de una corriente eléctrica que atraviesa el metal (se produce una capa más gruesa de óxido en la superficie del material) lo que logra una mejora en la resistencia a la corrosión del implante (6).
c) La texturización
Aumenta hasta seis veces o más el área de la superficie del implante aumentando así la osteointegración por favorecer el aumente de superficie en contacto con el hueso. Mejora la resistencia a la corrosión y a la fatiga del implante. Para este aumento de superficie y creación de rugosidades y asperezas existen varias técnicas, entre ellas destacamos:
— Ataque a la superficie mediante ácidos: lógicamente dependerá del tipo de titanio o aleación del implante y del tipo y características del ácido. Como inconvenientes destacamos que es un método en el cual no podemos controlar bien el tamaño y la forma de esas rugosidades, ni su disposición, y por otro lado se pueden formar hidruros de Ti que pueden aumentar las posibilidades de fracturas. Actualmente se están llevando a cabo estudios de implantes grabados con ácidos y posteriormente tratados con luz ultravioleta (durante diferentes periodos de tiempo por encima de 48 h) para inducir así de este modo una fotocatalicidad del titanio, lo que se piensa que favorece la capacidad osteoconductiva en hueso de ratas y el proceso catalítico de la absorción de proteínas, más o menos alrededor de las 4 semanas, se cree que las superficies de titanio tratadas con luz UV se les favorece la capacidad osteoinductiva y el proceso de remoción de la superficie del titanio de los hidrocarbunos, realizándose lo que llaman una fotofuncionalización que favorece la unión al hueso (7).
Explicación: