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Las nuevas políticas son el resultado de la colaboración entre el gobierno de Perú y diversas ONG.
Dicen que por un lado describen una estrategia unificada para los bosques del país y que, por otro, establecen múltiples objetivos de atenuación y adaptación al cambio climático.
Las políticas fueron aprobadas por el gobierno nacional pero todavía no está claro si se implementarán en forma integral a nivel regional.
Un elemento comodín es la nueva gestión presidencial de Perú, que parece enfocarse en el crecimiento económico.
En el último tramo de la presidencia de Ollanta Humala, el Congreso Nacional de Perú aprobó un conjunto de políticas innovadoras relacionadas con el cambio climático centradas en reducir la deforestación, proteger las cuencas de agua y la biodiversidad, y proporcionar las herramientas necesarias para atraer las inversiones internacionales mediante programas de las Naciones Unidas tales como REDD+ y el Fondo Verde para el Clima.
Hay mucho optimismo con respecto a las nuevas políticas, especialmente en la capital. No obstante, se ve templado por el reciente cambio de gestión y por la ilegalidad y el oportunismo económico que, por lo general, reinan en la lejana Amazonía peruana y sus ecosistemas vulnerables.
“Es un conjunto de leyes muy valioso, da una señal importante”, comentó a Mongabay Michael Jenkins, fundador y CEO de Forest Trends, organización con sede en Washington. “Pero Perú es un país muy complicado, no se puede soslayar ese hecho. Se promulgaron estas leyes a nivel nacional, pero deben implementarse también a nivel regional y local”.
En esencia, las nuevas políticas promueven lo siguiente:
Regular y fomentar la inversión pública en servicios del ecosistema. Por ejemplo, en el sector de agua y saneamiento, se han asignado USD 30 millones para garantizar el abastecimiento de agua de las ciudades conservando al mismo tiempo las cuencas de agua.
Aprobar una Estrategia Nacional para el Cambio Climático y los Bosques, con el objetivo de determinar las principales amenazas a los bosques del país y desarrollar planes que las combatan. El enfoque de “producción y protección” tiene como objetivo lograr un uso más eficiente de los terrenos ya deforestados y al mismo tiempo evitar que se talen más árboles. La estrategia también le permitirá a Perú atraer fondos internacionales para la conservación forestal provenientes de Noruega, Alemania y Estados Unidos.
Brindar una guía oficial para desarrollar compensaciones de biodiversidad en los ecosistemas andinos. La guía detalla el proceso para evaluar la pérdida potencial de biodiversidad ocasionada por la minería, las represas hidroeléctricas y la construcción de caminos, y crear compensaciones regionales a fin de asegurar que no haya pérdidas netas de biodiversidad.
Estas nuevas políticas se vinieron gestando hace años con los aportes de diversas ONG, como Forest Trends y World Wildlife Fund (WWF) y el impulso de Manuel Pulgar-Vidal, exministro del Ambiente de Perú. Pulgar-Vidal presidió la Cumbre del Clima realizada en Lima en 2014 y fue copresidente de la organizada en París en diciembre pasado.
Manuel Pulgar-Vidal, former minister of the environment. Photo by Emilia Catanoso
Manuel Pulgar-Vidal, exministro del Ambiente de Perú. Fotografía de Emilia Catanoso
Así logró aumentar la visibilidad de Perú como un país con conciencia ecológica, comprometido con la atenuación y adaptación al cambio climático. Las nuevas políticas serán tenidas en cuenta por la ONU al momento de revisar y asignar los incentivos monetarios proporcionados por REDD+ para reducir la deforestación y la degradación de los bosques. Miles de millones de dólares ya han sido donados a programas de REDD+ a nivel internacional. Mediante el programa REDD+, los países ricos ofrecen incentivos financieros a aquellos en desarrollo para contribuir a la protección de sus bosques tropicales y, de esa manera, reducir las emisiones de carbono que produce la conversión de tierras.
Pulgar-Vidal, así como todo el gabinete del presidente Humala, el 28 de julio entregó el gobierno al presidente electo Pedro Pablo Kuczynski, quien había ganado las elecciones nacionales en junio con el 50,1 % de los votos. El compromiso de Kuczynski, economista que desea mantener el ritmo de crecimiento acelerado del país, con los bosques lluviosos de la Amazonía —los cuartos más extensos del mundo— no está claro.
“Habrá que ver si el nuevo gobierno puede sacar provecho de lo que tiene adelante”, expresó Enrique Ortiz, ecologista peruano que dirige el Fondo para la Amazonía Andina en Washington D.C. “Estamos viendo señales positivas, pero todavía no se puede decir con cuánta seriedad se tomarán estas leyes”.
Un enfoque unificador
Gena Gammie, directora asociada de la Iniciativa de Agua de Forest Trends en Perú, dijo que las nuevas políticas describen una estrategia unificada para los bosques del país y establecen múltiples objetivos de atenuación y adaptación al cambio climático.