Respuestas
Explicación:
Los derechos humanos son los que nos corresponden en cuanto hombres. Esto quiere decir que por el hecho de ser lo que somos, tenemos ciertos derechos que debieran ser respetados. Pero los derechos existen únicamente en la medida en que sean reconocidos por quienes deben respetarlos. Por lo tanto, nuestros derechos dependen de que los demás los reconozcan.
En ese sentido, no son algo cuya eficiencia resida en nosotros mismos, sino que, paradójicamente, siendo nuestros, dependen de los demás hombres. Lo único que nos cabe a nosotros en cuanto a ellos, es respetar los de los demás. Ese es el primer paso para que se respeten los nuestros.
¿Pero, quién puede asegurar que los otros actuarán igual que nosotros cuando estamos dispuestos a reconocerlos?
Hay por lo tanto un riesgo que se corre de respetar al otro sin ser respetado, aunque esta sea la única manera de abrirles paso en nuestro mundo. De ahí la contradicción en que cae quien los atropella: hace algo con el otro que él no quisiera que le hicieran a él. De donde la antigua enseñanza ética de “no hagas al otro lo que no quieres que hagan contigo”.
Todo esto significa que estos derechos existen como una opción que cada cual debiera tomar, estando obligado a ello solo por un acto libre y voluntario.
Nada nos obliga a respetar los derechos humanos, solo nuestra propia decisión de hacerlo, movidos por un principio de reciprocidad hacia los demás.
Por eso, avasallar al otro es romper la obligación mutua que permite la vida en común, es atropellar nuestra condición de seres humanos, es negar que una sociedad de individuos libres e iguales sea posible.