INTRODUCCIÓN
¿Cuántas veces has sentido un poco de vergüenza en aceptar que hiciste algo y bien y por lo tanto lograste grandes cosas?
¿Te pasa que sientes juicios externos cuando te crees merecedor de algo bueno?
Es posible que por creencias culturales e incluso por religión, muchas veces evitemos sentirnos merecedores. Tanto que confundimos la humildad con la incapacidad de manifestarnos orgullosos con nosotros mismos.
No es posible siquiera que podamos pensar en desear algo porque lo merecemos. Se nos ha enseñado a trabajar duro para conseguirlo porque de otra manera no hay mérito en ello.
Lo fácil entonces, parece vetado. Lo fácil, no es sinónimo de éxito, y por supuesto, no es posible imaginar una vida donde las cosas fluyan sin sacrificios, sin sufrimientos.
Esto ha hecho que limitemos la abundancia que está latente esperando ser llamada. Un concepto que no debería estar forzado al hecho de que unos tengan y otros en oposición no puedan tener nada.
El universo es tan vasto que no hemos sido capaces de aceptar que hay suficiente para todos. Que podemos desearlo porque lo merecemos. Porque al nacer, todos tenemos las mismas oportunidades de ser felices. Que cada circunstancia es una especie de camino al aprendizaje, pero no hay dudas que en cada uno de los caminos el merecimiento está presente sin reparos.
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¿Qué voy a aprender?
El merecimiento es un sentimiento que proviene de la alegría y de la aceptación de uno mismo. Me puedo decir todos los días que me merezco todo lo que deseo, sin conformarme con algo, con un poco, sino todo, y no conseguirlo porque, para ello, necesito alinear mis emociones y mis acciones.
El Merecimiento es tomar conciencia de ese don, el cual todos poseemos, pero no todos tenemos conciencia de ello. Permitir que la consciencia de Merecimiento se transforme en prosperidad y abundancia cuando actuamos de manera coherente, sincronizando nuestros pensamientos, emociones, palabras y acciones.
Merecimiento es el arte de aprender a recibir. El merecimiento activa la energía del universo
Sin embargo, Se pueden merecer un premio o un castigo.
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¿Como fortalecer el merecimiento?
1- Se el primero en reconocer lo que vales.
2- Adopta nuevas creencias.
3- Aprende a recibir con alegría.
Practico lo que aprendí:
1° Leer comprensivamente y construye un concepto personal de merecimiento. (El suyo).
2° De qué eres merecedor, escribe 10 merecimientos tuyos, sigue el ejemplo
1. Yo soy merecedor (a) de buena salud. Y la acepto con gratitud.
Respuestas
1. yo soy merecedor de los logros y sacrificios que ganó con mis esfuerzos.
2. yo soy merecedor de recibir respeto al igual que yo respeto.
3. yo soy merecedor de los aplausos que obtuve al pasar al frente r decir todo con certeza.
4. yo soy merecedor a comer bien.
5. yo soy merecedor de sentirme feliz después de haber ayudado a alguien.
6. yo soy merecedor de el pastel de chocolate que mi abuela me regaló por mi cumpleaños.
7. yo soy merecedor de ese regalo que me dieron al obtener buenas notas.
8. yo soy merecedor de descansar después de una larga jornada de trabajo/ estudio, etc.
9. yo soy merecedor de sentirme bien conmigo mism@ y me aceptó tal como soy.
10. yo soy merecedor de esa pequeña reunión de amigos después de no haberles visto por tanto tiempo y extrañarles tanto.
11. yo soy merecedor de compartir bellos momentos con la gente con la que me siento a gusto.