Ese silencio es la causa de que las imágenes del pasado despierten
en nosotros más tristeza que deseo: una inmensa y desesperanzada
melancolía. Esas cosas han sido, pero no volverán. Han pasado, pertenecen a un mundo que ha terminado para nosotros (p. 281).
¿Con base en la explicación del
primer párrafo, ¿qué sería lo más
difícil para usted si tuviese que
pelear en el frente durante
una guerra?
2
Trinchera durante la Primera Guerra Mundial
1 Trinchera: zanja defensiva que permite disparar a cubierto del enemigo.
2 Graneado: esparcido a lo largo de un espacio, en este caso, del campo de batalla.
3 Trompicón: tropezón o paso tambaleante de una persona.
4 Muñón: parte de un miembro cortado que permanece adherida al cuerpo.
5 Cráter: depresión por lo común de forma circular y márgenes elevados.
Pero aquí, en las trincheras1, lo hemos perdido todo. Ya no se eleva
en nosotros ningún recuerdo; estamos muertos, y el recuerdo planea a lo lejos, en el horizonte
Fuego graneado2, fuego de bloqueo, fuego de cortina, minas, gases, tanques, ametralladoras, granadas de mano... Palabras, simples
palabras que, sin embargo, encierran el horror del mundo. Nuestras
caras están cubiertas de costras; nuestro pensamiento, aniquilado;
estamos exhaustos. Cuando llega una orden de ataque, tenemos
que dar de puñetazos a más de uno para que despierte y avance
con nosotros (p. 309).
Vemos vivir a hombres sin cabeza; vemos correr a soldados a quienes han arrancado los pies; siguen corriendo a trompicones3 sobre
los muñones4 astillados hasta el cráter5 más cercano; un soldado
de primera se arrastra sobre las manos durante casi un kilómetro
porque tiene las rodillas destrozadas; otro se dirige a la ambulancia y
con las manos se sujeta los intestinos; vemos hombres sin boca, sin
mandíbula inferior, sin rostro; encontramos a uno que se aprieta la
arteria de un brazo con los dientes para no desangrarse. Sale el sol,
anochece, silban las granadas, termina la vida… (p. 312).
Estoy aquí, mudo, como frente a un tribunal.
Palabras, palabras, palabras…, que ya no me alcanzan.
Lentamente devuelvo los libros a su sitio.
Son parte del pasado.
Salgo en silencio de mi habitación
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es mucho para que alguien te responda
Explicación:
perdón
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