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algunas biografías lo sitúan en el año 1928, pero su propio padre afirmó después que el verdadero año fue 1927. Posteriormente, el mismo autor haría la aclaración. Gabo, como le llamaban sus amigos y familiares, nació en un lugar llamado Aracataca, un pueblo en Colombia que inspiró — en palabras del mismo autor — a Macondo, el sitio donde transcurre Cien años de Soledad, la novela que le dio el Premio Nobel de Literatura en el año 1982.
La riqueza de García Márquez como autor es la multiplicidad de miradas que se le pueden de dar a su escritura. Tenemos al periodista, al guionista, al editor y al escritor. Según contaba en entrevistas que le realizaron durante toda su carrera, habían dos cosas que lo definían: era un escritor que corregía obsesivamente sus propios textos — práctica que mantuvo hasta los últimos días de su vida, en los que su pérdida de memoria arreció contra él, dejando incluso una autobiografía sin terminar — y era ante todo uno con fuerte influencia caribeña: la música, los olores, los sabores, los colores y la particular manera que tiene la gente de contar historias, o como dijo alguna vez en una entrevista con el periodista Ernesto McCausland: “es que aquí todo te lo vuelven cuento”. Él había entendido una característica fundamental de la gente que ha nacido en esa región del planeta: las historias más sencillas pueden ser contadas de la forma más mágica y volverlas creíbles para todos. En definitiva, las cosas de la vida cotidiana se convirtieron en una fuente de inspiración para él.
García Márquez es un autor que aunque no se haya encontrado viviendo toda su vida en su natal Colombia, no podía desarraigarse del todo. Estaba constantemente planteando referencias sobre su cultura en todos sus escritos. Es así como la literatura de Gabo expresa la identidad local utilizando como vehículo la lengua. Para él, el lenguaje es utilizado como recurso para crear y subrayar la particularidad de la cultura latino-caribeña.
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Un gran retrato de García Márquez en la entrada del Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México. Fuente: TOMÁS BRAVO (REUTERS)