Escribir un texto paródico del cuento de Borges la intrusa pero con una temática actual!!
es urgenteeee
es de literatura
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Juan Dahlmann, el personaje de "El Sur"1, es un intelectual en el más alto grado en que Borges concibe serlo: en la profesión de bibliotecario. Dahlmann trabaja de secretario en una biblioteca municipal de la calle Córdoba, al Norte de Buenos Aires. Este contacto permanente con la cultura le ha permitido entender a plena conciencia su sincretismo de sangres o la disputa de linajes que lo escinde: abuelo paterno alemán (pastor evangélico) y abuelo materno criollo (soldado muerto en combate con los indios). Las muchas lecturas le han hecho comprender que a pesar de la civilización y la cultura librescas que ha devorado en su oscura profesión de descifrador de signos, lleva escondida en el alma, como una secreción genética, el violento romanticismo de un gaucho.
Por su parte, los hermanos Nilsen, del cuento "La intrusa"2, cargan igualmente en sus venas una mezcla de sangres (extranjera/nativa): "Sé que eran altos, de melena rojiza. Dinamarca o Irlanda, de las que nunca oirían hablar, andaban por la sangre de esos dos criollos". Pero en los avatares de su existencia, en su experiencia de malevos en el compadraje de los suburbios de Buenos Aires, no son conscientes de ese sincretismo de sangres o esa "discordia de linajes" que muestran en el físico. Aunque portadores de una etnia europea, en sus conductas y precedimientos muestran ser rotundamente criollos.
En ellos, lo extraño se expresa en la estampa o empaque de Colorados, su apodo en la Costa Brava, pero también en lo unidos que han sido: "Malquistarse con uno era contar con dos enemigos". Formados en la barbarie criolla de las profesiones duras y a veces sin ley (troperos, cuarteadores, cuatreros, tahúres, avaros, calaveras), constituían, con su físico de vikingos y su conducta de compadritos, una de las tantas mezclas extrañas que produjeron las razas europeas al juntarse con sangre americana. El carácter de outsiders de los Nilsen se afianza con sus pertenencias y gustos: "Sus lujos eran el caballo, el apero, la daga de hoja corta, el atuendo rumboso de los sábados y el alcohol pendenciero". Después de vender a Juliana, "volvieron a las trucadas, al reñidero, a las juergas casuales". La carreta y los bueyes se explican por su actividad de cuatreros. Es importante señalar en ellos los rasgos de la soledad y el desgano, ya marcados en el Juan Dahlmann de "El Sur". Pocas personas habían entrado al caserón de los Nilsen, espacio en el que ellos "defendían su soledad". En cuanto al desgano, están incapacitados para tener un hogar o simplemente para mejorar su vivienda, así, el caserón "era de ladrillo sin revocar" y "En las habitaciones desmanteladas dormían en catres". Enemigos de la familia que domestica, se aferran uno al otro y no quieren intrusos en su unión de malevos. Esta hermandad se ha hecho firme en los rigores y peligros que han compartido.
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