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Los estudios dedicados a los Territorios Nacionales experimentaron un importante crecimiento durante las dos últimas décadas. En el curso de esos años, la cantidad de ponencias y de publicaciones relativas a los Territorios conoció un franco incremento, también acompañado por el aumento de los eventos académicos celebrados en los centros universitarios ubicados en provincias que tuvieron aquella condición. Por supuesto, este desarrollo es indisociable de la profesionalización de la práctica historiográfica operada en la Argentina desde mediados de la década de 1980. En las provincias que fueron Territorios, esto implicó que la aproximación al pasado dejara de ser terreno exclusivo de historiadores aficionados, casi siempre inclinados a rendir culto a las identidades locales que ellos mismos ayudaban a inventar. De esta manera, el desarrollo de la historiografía profesional en esas regiones dio lugar a la formulación de nuevas formas de abordar el pasado, por lo general tributarias de investigaciones realizadas sobre otros puntos del país e inclusive del extranjero. Esa ampliación de los horizontes intelectuales condujo al planteamiento de nuevas temáticas y enfoques que permitieron explorar aspectos hasta entonces poco conocidos de la historia regional.
No obstante, entre estos desarrollos académicos en parte superadores de los enfoques tradicionales, y los de los historiadores aficionados y profesionales de aquellos espacios que fueron Territorios resulta posible identificar un significativo punto de coincidencia. Se trata de la idea de que la historiografía nacional ha permanecido excesivamente concentrada en torno a Buenos Aires y el Litoral, desconociendo por lo tanto las historias de espacios periféricos que se supone merecerían ser estudiados debido a esa misma condición. El desafío pasaría por contestar una suerte de centralismo historiográfico que no haría más que sobreimprimirse al funcionamiento centralista del país. Así, el trabajo sobre alguno de esos espacios periféricos suele implicar la adopción de un punto desde el cual se elaboran impugnaciones a la vez académicas y políticas acerca de las causas de esa condición marginal, a las que se trataría de revelar desnudando las lógicas generadoras de ese relegamiento respecto del “centro”.