DOY CORONITA
Elabora una reflexion lo mas clara posible sobre lo que dice el papa francisco a los jovenes
Respuestas
Respuesta:Queridos hermanos y hermanas:
Los saludo con gran alegría y les agradezco la calurosa bienvenida. "Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes". (Lc 10,5-6)
Hoy entro a esta casa diciéndoles, ¡la paz con ustedes! Así era la expresión de saludo de todo judío y también de Jesús. Porque quise venir hasta aquí como peregrino de paz y de esperanza, y deseo vivir estos momentos de encuentro con alegría, dando gracias a Dios por todo el bien que ha hecho en esta nación, en cada una de sus vidas.
Vengo también para aprender; sí, aprender de ustedes, de su fe, de su fortaleza ante la adversidad. Han vivido momentos difíciles y oscuros, pero el Señor está cerca de ustedes, en el corazón de cada hijo e hija de este país. Él no es selectivo, no excluye a nadie sino que abraza a todos; y todos somos importantes y necesarios para él. Durante estos días quisiera compartir con ustedes la verdad más importante: que Dios los ama con amor de padre y los anima a seguir buscando y deseando la paz, aquella paz que es auténtica y duradera.
Veo aquí a muchos jóvenes que han venido de todos los rincones del país: cachacos, costeños, paisas, vallunos, llaneros. Para mí siempre es motivo de gozo encontrarme con los jóvenes. En este día les digo: mantengan viva la alegría, es signo del corazón joven, del corazón que ha encontrado al Señor. Nadie se la podrá quitar (cf. Jn 16,22). No se la dejen robar, cuiden esa alegría que todo lo unifica en el saberse amados por el Señor. El fuego del amor de Jesucristo hace desbordante ese gozo, y es suficiente para incendiar el mundo entero. ¡Cómo no van a poder cambiar esta sociedad y lo que se propongan! ¡No le teman al futuro! ¡Atrévanse a soñar a lo grande! A ese sueño grande los quiero invitar hoy.
Ustedes, los jóvenes, tienen una sensibilidad especial para reconocer el sufrimiento de otros; los voluntariados del mundo entero se nutren de miles de ustedes que son capaces de resignar tiempos propios, comodidades, proyectos centrados en ustedes mismos, para dejarse conmover por las necesidades de los más frágiles y dedicarse a ellos. Pero también puede suceder que hayan nacido en ambientes donde la muerte, el dolor, la división han calado tan hondo que los hayan dejado medio mareados, como anestesiados: dejen que el sufrimiento de sus hermanos colombianos los abofetee y los movilice. Ayúdennos a nosotros, los mayores, a no acostumbrarnos al dolor y al abandono.
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