Respuestas
Respuesta:
Pensar libremente, informarse, ser escuchados, para que tomen en cuenta su opinión, vivir de acuerdo a su identidad, cultura, costumbres, hablar su propia lengua, jugar, descansar e incluso practicar la religión que prefieran es parte de su derecho a participar en la comunidad. Para ello, las personas adultas tenemos la responsabilidad de garantizar los espacios necesarios para ello.
Explicación:
Finalmente, es importante que las personas adultas identifiquemos dos elementos clave de la participación de niñas, niños y adolescentes: primero, que este derecho no está condicionado a su merecimiento o por haber cumplido la obligación correspondiente; y segundo, que su participación no equivale a concederles la razón, sino a entablar un diálogo que permita compartir las decisiones en su proceso de construcción ciudadana.