• Asignatura: Geografía
  • Autor: armellafelicitas
  • hace 4 años

leyenda de El río negro (completa) ​

Respuestas

Respuesta dada por: leoneleduardo0979337
5

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Limay y Neuquén eran los hijos de dos importantes caciques mapuches que tenían sus tolderías, uno al norte y otro al sur de lo que hoy es territorio de la provincia de Neuquén. Eran amigos inseparables y siempre cazaban juntos.

Justamente cuando participaban de una cacería, oyeron el canto de una dulce voz, el sonido venía de un bosque de arrayanes cercano y hacia allá fueron y descubrieron a orillas de un lago a una hermosa joven de largas trenzas y grandes ojos negros, llamada Raihué (capullo en flor), que instantáneamente enamoró a los jóvenes. En el camino de regreso, Limay y Neuquén, sintieron que los celos rompían su antigua amistad y con el correr de las lunas el distanciamiento, entre los jóvenes que eran como hermanos, se hizo evidente. Preocupados por esta situación, sus padres consultaron a una machi (adivina), quien les explicó la causa de la enemistad de sus hijos. Entonces decidieron someter a los muchachos a una prueba, estos deberían viajar hasta el mar y el primero que regrese con un caracol para que Raihué pueda escuchar por primera vez el sonido del mar, tendría su amor como premio.

Para semejante misión, consultaron a los dioses y estos convirtieron a los jóvenes en ríos para facilitarles el largo camino hacia el océano. Neuquén lo haría desde el Norte, corriendo entre los bosques de arrayanes, mientras que, Limay, desde el sur, atravesaría por valles y montañas.

Pero, nunca tuvieron en cuenta al espíritu del Viento, que al no ser consultado, se sintió desplazado y comenzó a susurrar al oído de Raihué que Neuquén y Limay no regresarían nunca porque las estrellas que caen al mar se convierten en hermosas mujeres que seducen a los hombres y los encadenan en el fondo del océano. La joven, que se sentía culpable de la suerte de los amigos, comenzó a marchitarse de angustia y dolor y después de cuatro lunas se arrastró hasta el lago en donde conoció a los jóvenes y le ofreció su vida al dios Nguenechen a cambio de la salvación de Limay y Neuquén. Mientras rezaba, sus pies lentamente se convertían en raíces y penetraban en la tierra húmeda y desde su fina cintura surgían tiernas ramas, y sus labios se abría en una flor roja.

El Viento, que saboreaba su venganza, les comunicó el triste final de Raihúe a los jóvenes, y sopló con tanta furia que desvió el curso de ambos ríos hasta juntarlos. Limay y Neuquén, al enterarse que la muchacha había muerto de dolor por su ausencia, se abrazaron nuevamente como hermanos y se vistieron de luto por su amada, dando origen al río Negro que corre en busca del mar.

Explicación:

espero que te sirva crack

Respuesta dada por: Cris7876
1

Respuesta:

Gracias por los puntos y espero que te sirva

Explicación:

Cuenta la leyenda que Neuquén y Limay, hijos de dos caciques que tenían sus tribus uno al norte y otro al sur, eran grandes y leales amigos, hasta que un día, en que cazaban juntos, oyeron una dulce voz que cantaba entre los arrayanes.

Dirigiéndose hacia el lugar, hallaron a orillas de un lago a una hermosa joven mapuche de largas trenzas, ojos negros y talle esbelto y frágil, llamada Raihué (capullo en flor). En viaje de regreso los dos jóvenes notaron que Raihué se había introducido en sus almas, lo que se interpuso en su plena y antigua amistad. Pasada las lunas y consultada la "Machi" (adivina) por ambas familias, comprendieron cuál era la causa del distanciamiento de aquellos jóvenes que antes eran como hermanos, por lo que dicidieron someterlos a una prueba para que el destino decidiera. Le preguntaron a Raihué qué era lo que más deseaba en el mundo a lo que contestó "tener un caracol para saber como es el sonido del mar". Los jóvenes entonces tendrían que llegar hasta el mar y traer un caracol, el que primero llegase tendría el amor de la joven como premio.

Consultados los dioses, convinieron que lo más rápido para llegar al mar sería convertir a los jóvenes en ríos. Así lo hicieron y partieron de sus respectivas tribus. El Espíritu del viento, sintiéndose desplazado y celoso, comenzó a intrigar a Raihué, susurrándole al oído por las noches que Neuquén y Limay no volverían nunca más, pues las estrellas que se caen al mar se convierten en mujeres hermosas y encantadas que atrapan a los hombres y los encadenan en el fondo del mar.

Raihué, angustiada comenzó a marchitarse de pena y dolor, mientras los jóvenes seguían su carrera salvando numerosos obstáculos y el viento que los incitaba a volver. Cuatro veces cuatro lunas pasaron desde que los mapuches se marcharon y aún el mar estaba lejos. Raihué, angustiada y marchita, haciendo un esfuerzo, se arrastró hasta el lago donde conociera el Amor y alzando los brazos a Nguenechén (Dios) le ofreció su vida a cambio de la salvación de los jóvenes. A medida que rezaba, sus pies se convertían en raíces que penetraban lentamente en la tierra, su cintura se afinaba en verde tallo, su busto se esparcía en tiernas ramitas y su boca se abría en flor, convirtiéndose en el michay (calafate). El viento, queriendo disfrutar del dolor de los jóvenes, se lanzó a darles la noticia soplando con tanta furia que desvió el curso de ambos hasta juntarlos. Al enterarse que Raihué había muerto de amor por ellos, sólo atinaron a abrazarse fraternalmente y así, unidos en un abrazo que nunca terminará, continuaron su camino hacia el mar, llorando a Raihué y vestidos de luto. Así nació, al juntar ambos sus márgenes, el río Negro.

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