• Asignatura: Biología
  • Autor: gkjbdeuy03uy
  • hace 4 años

cual fue la posible respuesta al interrogante​

Respuestas

Respuesta dada por: leidymayorga505
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Respuesta:

yo te ayudoCuando se comprende el plan de nuestro Padre Celestial, las respuestas a los interrogantes de la vida se encuentran en el Evangelio de Cristo.

Las preguntas mas complicadas de la vida parecerían ser

Explicación:aquellas que comienzan con la palabra “por que”. “¿Por que es tan dura la vida?” “¿Por que hay tanto dolor, odio e infelicidad en el mundo?” “¿Por que trunca la muerte una vida joven?” “¿Por que tienen que sufrir los inocentes?” De vez en cuando, todos nosotros hemos tratado de encontrar una respuesta a esos interrogantes mientras luchamos por enfrentar las vicisitudes de la vida terrenal. Quisiera hablar particularmente a los miembros mas jóvenes de la familia de Dios del motivo por el que creo que la única respuesta satisfactoria proviene de la perspectiva consoladora de la fe en nuestro Padre Celestial y en Su plan eterno para nuestra felicidad.

El profeta Alma lo llamó “el gran plan de felicidad” (Alma 42:8), y se le conoce mas comúnmente como el plan de salvación. Su hermosura radica en su sencillez para todos los que, con oración, procuren saber y comprender el verdadero significado y propósito de la vida.

Por medio de los profetas, pasados y presentes, Dios ha revelado las doctrinas de Su “gran plan de felicidad”, que consiste en principios infinitos, eternos, absolutos e inalterables. Alma enseñó que “después de haberles dado a conocer el plan de redención, Dios les dio mandamientos …” (Alma 12:32; cursiva agregada). El plan enseña que todos los que han nacido o nazcan en la tierra son hijos espirituales de Padres Celestiales, y que vivíamos con Ellos antes de venir a esta tierra para recibir un cuerpo de carne y huesos.

“… Si Adán [y Eva] no hubiese[n] transgredido, no habría[n] caído, sino que habría[n] permanecido en el jardín de Edén …

“Y no hubieran tenido hijos; por consiguiente, habrían permanecido en un estado de inocencia, sin sentir gozo …

“Adán cayó para que los hombres existiesen; y existen los hombres para que tengan gozo” (2 Nefi 2:22-23, 25).

Después de la Caída, Dios le dijo a Adán que se allegara a su esposa, Eva (véase Moisés 3:24; DyC 42:22). “… Dios … les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra …” (Génesis 1:28), un mandamiento que no ha sido nunca revocado.

Por medio de la expiación de Jesucristo, el plan de nuestro Padre proporciona la redención de la Caída. Como el Unigénito de Dios y la única persona del mundo que no tenía pecado, El logró la expiación perfecta para toda la humanidad. Esta se aplica a todos, sin condiciones, en lo que respecta a la resurrección de la muerte temporal o física, ya que gracias a la Expiación, todos resucitaremos de la muerte con cuerpos inmortales. Sin embargo, la Expiación es condicional en lo que concierne a los pecados de cada uno, y el beneficio que de ella reciba toda persona depende de la fe que tenga en Jesucristo, de su arrepentimiento y de su obediencia al evangelio. La exaltación y la vida eterna con Dios están reservadas para quienes guarden los mandamientos.

La vida terrenal, por lo tanto, es el período que se nos da para probar la capacidad que tengamos de comprender el plan de nuestro Padre Celestial y, por cierto, de demostrar nuestra disposición a obedecer. La obediencia es imprescindible para obtener la exaltación y la vida eterna. El rey Benjamín explicó que “el Señor Dios ha enviado a sus santos profetas entre todos los hijos de los hombres, para declarar estas cosas a toda familia, nación y lengua, para que así, quienes creyesen [en] Cristo … esos mismos recibiesen la remisión de sus pecados y se regocijasen con un gozo sumamente grande …” (Mosíah 3:13).

También enseñó a su pueblo:

“… Quisiera que consideraseis el bendito y feliz estado de aquellos que guardan los mandamientos de Dios. Porque he aquí, ellos son bendecidos en todas las cosas, tanto temporales como espirituales; y si continúan fieles hasta el fin, son recibidos en el cielo, para que así moren con Dios en un estado de interminable felicidad …” (Mosíah 2:41). ¡Que maravilloso, cálido y reconfortante es saber que el objetivo principal del Dios de los cielos es “la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39) o, en otras

palabras, nuestro gozo y felicidad eternos. Algunas veces me pregunto si apreciamos realmente lo que ello significa y la forma en que debería repercutir en nuestra vida. Debemos prestar la debida atención a las doctrinas de la felicidad, de la verdadera felicidad, infinita y eterna; y estas deben ser el objetivo de todo lo que enseñemos en la Iglesia y de todo lo que hagamos.

El profeta José Smith dijo:

“Mas no podemos guardar todos los mandamientos si en primer lugar no los sabemos, y no podemos esperar saberlos todos, o saber mas de lo que ya sabemos, a menos que cumplamos o guardemos los que ya hemos recibido” (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 312) .

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