El VUELO DE LOS CÓNDORES
Un estremecimiento recorrió todos mis nervios. Dos hombres de casaca
roja pusieron en el circo, uno frente a otro unos estrados altos, altísimos,
que llegaban hasta tocar la carpa. Dos trapecios colgados del centro mismo
de ésta oscilaban. Sonó la tercera campanada y apareció entre dos artistas
Miss Orquídea, con su apacible sonrisa; llegó al centro, saludó
graciosamente, se colgó de una cuerda y la ascendieron al estrado. Se paró
en él delicadamente, como una golondrina en un alero breve. La prueba
consistía en que la niña tomase el trapecio, que pendiendo del centro le
acercaban con unas cuerdas a la mano, y, colgada de él, atravesara el
espacio, donde otro trapecio la esperaba, debiendo en la gran altura
cambiar de trapecio y detenerse nuevamente en el estrado opuesto.
Se dieron las voces, se soltó el trapecio opuesto, y en el suyo la niña se
lanzó mientras el bombo -detenida la música -producía un ruido siniestro y
monótono. ¡Qué miedo, qué dolorosa ansiedad! ¡Cuánto habría dado yo
porque aquella niña rubia y triste no volase! Serenamente realizó la
peligrosa hazaña. El público silencioso y casi inmóvil la contemplaba, y
cuando la niña se instaló nuevamente en el estrado y saludó, segura de su
triunfo, el público la aclamó con vehemencia. La aclamó mucho. La niña
bajó, el público seguía aplaudiendo. Ella, para agradecer, hizo
unas pruebas difíciles en la alfombra, se curvó, su cuerpecito se retorcía
como un aro, y enroscada, giraba, giraba como un extraño monstruo, el
cabello despeinado, el color encendido. El público aplaudía más y más. El
hombre que la traía en el muelle de la mano habló algunas palabras con los
otros. La prueba iba a repetirse.
Nuevas aclamaciones. La pobre niña obedeció al hombre adusto casi
inconscientemente. Subió. Se dieron las voces. El público enmudeció, el
silencio se hizo en el circo y yo hacía votos, con los ojos fijos en ella, porque
saliese bien de la prueba... Sonó una palmada y Miss Orquídea se lanzó...
¿Qué le pasó a la pobre niña? Nadie lo sabía. Cogió mal el trapecio, se soltó
a destiempo, titubeó un poco, dio un grito profundo, horrible, pavoroso y
cayó como una avecilla herida en el vuelo, sobre la red del circo, que la
salvó de la muerte. Rebotó en ella varias veces. El golpe fue sordo. La
recogieron, escupió y vi mancharse de sangre su pañuelo, perdida en
brazos de esos hombres y en medio del clamor de la multitud.
Papá nos hizo salir, cruzamos las calles, tomamos el cochecito y yo, mudo y
triste, oyendo los comentarios, no sé qué cosa pensaba contra esa gente.
Por primera vez comprendí entonces que había hombres muy malos.
Recuerda y anota algunas características personales de la niña
Miss Orquídea.
¿Cuál es el párrafo o parte que más te ha gustado o impresionado
de la lectura?
Respuestas
Respuesta dada por:
1
Respusta
1.- miss Orquídea su sonrisa y lo asombrosa que era en el trapecio
2.-cuando Miss Orquídea no hiso bien el trapecio
Explicación:
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