Tener semáforos con contadores de segundos no es indicador de una ‘ciudad inteligente’. Tener cámaras por calles, parques y avenidas, pero sin un sistema integrado de datos, no hace que una urbe sea segura. Tener algunos espacios públicos con internet libre no hace de la capital una smart city. Estos tres aspectos, que en las campañas electorales se suelen asociar con la modernidad y el progreso, no bastan por sí solos para decir que Lima está lista para enfrentar el futuro. Un mañana que resulta abrumador si tomamos en cuenta las cifras de las Naciones Unidas, que afirman que para el 2050 el 90 % de los latinoamericanos vivirá en ciudades.
Aunque no existe un consenso entre los especialistas para definir qué es realmente una ciudad inteligente, se entiende que es una que incorpora las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en sus servicios e infraestructuras básicas para mejorar la calidad de vida de sus habitantes en transporte, salud, seguridad, educación. Es decir, se trata de una metrópoli que prioriza el uso de energías renovables, que apuesta por las áreas verdes en vez del cemento, que consigue gestionar eficientemente sus recursos, y donde las viviendas y edificios se construyen a partir de criterios de geolocalización.
¿Qué lejos está Lima de este ideal? ¿Es posible pensar que pueda convertirse en inteligente en el corto o mediano plazo? Un estudio desarrollado por los ingenieros Manuel Castillo-Cara y Alonso Tenorio Trigoso, del Centro de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de la UNI, arroja un panorama que puede ser previsible a la luz de lo que padecemos todos los días los limeños: Lima muestra un ‘índice Smart’ que va de “malo a crítico”.
Esta investigación midió estándares internacionales que califican una urbe como inteligente (Global City Indicators) referidos a medio ambiente, ciudadanía, infraestructura sostenible, economía, gestión, organización y gobierno; y comparó nuestra ciudad con otras similares en tamaño, demografía y organización territorial, como Londres, Buenos Aires y Guadalajara. La gris Lima salió con las cifras en rojo.
Los índices más problemáticos fueron el aspecto económico, por las altas tasas de desempleo o subempleo existentes; la educación, por la creciente deserción escolar; el medio ambiente, por la contaminación ambiental y acústica; y la seguridad, por el escaso número de policías. En Lima hay 94 efectivos por cada 100 mil habitantes, mientras que en Londres hay 371 y en Buenos Aires 671. En el caso del manejo de residuos sólidos, la situación también es grave. Aquí solo se recicla el 4 % de la basura que se produce. Y en términos de transporte nuestra red es más que deficiente. Solo contamos con el sistema del Metro y del Metropolitano para una ciudad de casi 10 millones de personas.
El único aspecto en el que Lima iguala e incluso supera a las otras ciudades es en telecomunicaciones e innovación. Esto debido a que las conexiones de telefonía móvil, fija e Internet son óptimas. ¿Será este un buen punto de inicio?


responde a esta pregunta:¿De qué manera crees que podríamos convertir a Lima en una ciudad inteligente?

Respuestas

Respuesta dada por: sebastianveranoli45
0

Respuesta:

ezi lee V:;

Explicación:


74016985: pete ya te denuncie
74016985: hdpta
Respuesta dada por: mypb25
1

Respuesta:

tres" (y cualquier palabra posterior) fue ignorada debido a que hemos restringido las consultas hasta 32 palabras.

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