ᴍᴇ ᴀʏᴜᴅᴀɴ ᴀ ʜᴀᴄᴇʀ ᴜɴ ᴄᴜᴇɴᴛᴏ ᴍɪɴɪᴍᴏ ᴅᴇ ᴅᴏs ᴘᴀɢɪɴᴀs ǫᴜᴇ sᴇ ᴛʀᴀᴛᴇ ᴅᴇ ᴘᴀʀᴛɪᴄɪᴘᴀɴᴛᴇs ᴅᴇ ᴇʟ ᴍᴇʀᴄᴀᴅᴏ, ᴛɪᴘᴏs ᴅᴇ ᴍᴇʀᴄᴀᴅᴏs ʙɪᴇɴᴇs ʏ sᴇʀᴠɪᴄɪᴏs ᴘᴏʀғᴀᴠᴏʀ ᴇs ᴘᴀʀᴀ ʜᴏʏ
ᴍᴀᴛᴇʀɪᴀ: ᴀɢʀᴏɪɴᴅᴜsᴛʀɪᴀ (ᴀᴄᴀ ɴᴏ ᴀʏ ᴀɢʀᴏɪɴᴅᴜsᴛʀɪᴀ)
Respuestas
Explicación:
ᴍᴇ ᴀʏᴜᴅᴀɴ ᴀ ʜᴀᴄᴇʀ ᴜɴ ᴄᴜᴇɴᴛᴏ ᴍɪɴɪᴍᴏ ᴅᴇ ᴅᴏs ᴘᴀɢɪɴᴀs ǫᴜᴇ sᴇ ᴛʀᴀᴛᴇ ᴅᴇ ᴘᴀʀᴛɪᴄɪᴘᴀɴᴛᴇs ᴅᴇ ᴇʟ ᴍᴇʀᴄᴀᴅᴏ, ᴛɪᴘᴏs ᴅᴇ ᴍᴇʀᴄᴀᴅᴏs ʙɪᴇɴᴇs ʏ sᴇʀᴠɪᴄɪᴏs ᴘᴏʀғᴀᴠᴏʀ ᴇs ᴘᴀʀᴀ ʜᴏʏ
ᴍᴀᴛᴇʀɪᴀ: ᴀɢʀᴏɪɴᴅᴜsᴛʀɪᴀ (ᴀᴄᴀ ɴᴏ ᴀʏ ᴀɢʀᴏɪɴᴅᴜsᴛʀɪᴀ)
que es esto
Respuesta:
Cuenta una preciosa historia del antiguo japón que, en la época de los emperadores y los guerreros samurai, vivía un joven matrimonio que tenía una dulce hija. Él era un feroz samurai, ella una preciosa y tímida joven de humilde origen.
La joven prefería permanecer encerrada en su hogar: la aterraba estar en medio de la gente y sentía que su ignorancia se reflejaba en sus palabras y sus acciones. Su marido se quedaba a su lado la mayor parte del tiempo, saliendo a sus expediciones cuando debía hacerlo.
Un día, el emperador falleció y su heredero citó a todos los samurai del imperio para conocerlos personalmente. Sería una convivencia de una semana, por lo que el joven quiso dejar un regalo a su hija y a su esposa antes de partir, puesto que no solía estar ausente de su hogar por tanto tiempo.
Tomó sus pocos ahorros y vagó entre los comercios de la zona hasta encontrar los regalos perfectos: para su hija, una suave muñeca de trapo; para su esposa, un hermoso espejo de mano con un marco finamente decorado.
Cuando volvió a casa, le dio la muñeca a la pequeña, quien la abrazó llena de júbilo y corrió a jugar con ella. A su esposa le entregó el espejo envuelto, el cual ella abrió con curiosidad y la calma que la caracterizaba.
La joven esposa tomó el espejo en su mano y lo observó con curiosidad. Su rostro se transformó por la sorpresa:
-¿Quién es la hermosa mujer que me observa desde dentro?
Su esposo sonrió y le explicó:
-¡Eres tú, por supuesto!
La joven no comprendió, pero tomó con amor el regalo y lo guardó como su más preciada posesión, cubierto por un hermoso trozo de seda para evitar dañarlo.
La vida de la sencilla familia continuó; el tiempo jamás se detiene. La hija crecía en belleza, inteligencia y nobleza mientras su madre envejecía… hasta que llegó un funesto día en el que se enfermó. Sintiendo que su muerte estaba próxima, llamó a su hija:
-Mi bella niña… se aproxima el día en el que deberé dejar este mundo. Una vez que ya no esté, quiero que tomes el objeto que guardo envuelto en un pedazo de seda. Cuando me extrañes, solo debes asomarte a él y me verás.
A los pocos días, su vaticinio se cumplió: la mujer falleció mientras dormía. Su hija corrió a recuperar el objeto del cual había hablado su madre y retiró con cautela la cubierta. Al observarlo, se sorprendió al ver que una mujer muy joven y guapa le regresaba la mirada, sonriendo cuando ella lo hacía.
Cuando contaba con privacidad, la joven contemplaba el espejo y le contaba a su madre sobre su día, sus sentimientos y sus pensamientos. Le dedicaba tiernas palabras y le susurraba sus secretos.
Su padre un día regresaba de sus expediciones cuando escuchó a su hija hablar dulcemente. Intrigado, se acercó y la encontró hablando con el espejo.
-Hija, ¿qué haces?
-Mira, papá ¡es mamá! es tan hermosa y feliz, si yo sonrío ella también. ¡Nunca nos abandonó!
Él se dio cuenta inmediatamente de lo que pasaba, sin embargo no se atrevió a desilusionar a su hija ni quebrantar la inocencia que compartía con su madre así que se limitó a responder, con el corazón enternecido:
-Así es, mi amor. Tú la ves en el espejo… y yo la veo a diario en ti
Explicación: