El que me dé un texto novelesco de una novela policiaca o de ciencia ficción les daré 10 puntos y corona al primero q me dé respuesta
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Respuesta:
SECRETARIA CASO FEO
una secretaría pide trabajo en una gran empresa el dueño de esa empresa se llama Armando Pérez esta secretaria se enamora de Armando Pérez pero se da cuenta que no puede seguir trabajando en esa empresa porque Armando Pérez trabaja con Calderón Macías qué es un mafioso, entonces Armando junto con Calderón pelean contra las pandillas de Daniel Russo entonces la nueva secretaria se da cuenta que Armando trabaja con Calderón el problema es que Armando Pérez tiene una novia que se llama Marcela Sánchez y si ella se entera que Armando trabaja con Calderón entonces ella irá y lo acusara con la policía entonces la nueva secretaria tiene muchos conflictos con Marcela, pero la policía tiene a una gente profesional que se llama peliteñida 0099 esta espía es profesional y ella está a cargo del caso de Armando y Calderón junto con Daniel. entonces está espía se hace amiga de Marcela entonces Marcela y la espía hacen todo lo posible para descubrir qué es lo que hace Armando y Calderón el problema es que el jefe de las mafias el dueño de todo el dinero robado es Daniel Russo el problema es que Daniel Russo es hermano adoptivo de Marcela Sánchez.
Si quieres la segunda parte solo dimelo
esperó que te allá gustado está primera parte.
Respuesta:
Había una vez un curioso ladrón que se dedicaba a robarle la comida a la gente que comía por la calle. En realidad, no a todos. Este ladrón solo le quitaba a la gente de la boca bollos, dulces, chucherías y esas bolsas que contienen todo tipo de fritos que te dejan los dedos hechos un asco y la boca sucia y maloliente.
El caso es que el misterioso ladrón era muy rápido y nadie lo veía ni venir ni marcharse. Pero en cuanto alguien se despistaba un momento le desaparecía lo que estuvieran comiendo.
Como el ladrón robaba a tanta gente terminó llevándose el apodo de Señor Glotónez.
El Señor Glotónez acabó siendo una auténtica tortura para los vecinos de aquella ciudad. No había manera de comer en la calle un pequeño bollo de chocolate, un bizcocho relleno de crema o una simple bolsa de patatas fritas. Hicieran lo que hicieran los vecinos, el señor Glotónez aparecía y desaparecía como una exhalación, llevándose la comida.
Y lo que parecía una broma sin mucha gracia terminó convirtiéndose en un problema, porque la gente tenía mucho miedo. Unos decían que el ladrón jugaba a despistar y que, tarde o temprano, empezaría a robar bolsos y carteras. Otros decían que estaba comiendo mucho para convertirse en un monstruo y aplastar la ciudad. Otros que era un experimento para una nueva arma militar.
Y, por si esto no fuera suficiente, el señor Glotónez empezó a robar los de las casas de los vecinos lo mismo que cogía en la calle.
La policía, ante tantas denuncias, no tuvo más remedio que intervenir. Pero no sabían ni por dónde empezar. Porque el señor Glotónez no dejaba pistas.
Para empezar, pusieron cámaras en todas las farolas. Pero de ninguna de ellas sacaron nada en claro, porque el señor Glotónez era tan rápido que no daba tiempo a coger una imagen clara.
Luego probaron a tenderle trampas, usando señuelos para atraerlo. Pero ni con esas fueron capaces de pillarlo.
-Tengo una idea -dijo la agente Fernández, recién llegada a la comisaría-. ¿Qué os parece si, durante una temporada, dejamos la bollería, los dulces y los fritos y nos pasamos a la fruta, a la verdura y a todas esas cosas sanas que están tan de moda?
El extraño caso del Señor Glotónez-Así se aburrirá y se marchará -dijo el agente Pérez-. Y no podremos pillarlo.
-Pero al menos se irá y dejará de molestar -dijo la agente Fernández-.
-No perdemos nada por probar -dijo el capitán de policía.
Y eso hicieron. La policía pidió a las tiendas que dejaran de vender los productos que robaba el señor Glotónez y que los sustituyera por snacks saludables. Al principio la gente estaba muy molesta, pero en cuanto vieron que el señor Glotónez les dejaba en paz y les permitía comer sus tentempiés cambiaron de idea.
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