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Los Tianguis se encontraban ordenados de tal manera que formaban calles, ya que se encontraban alineados a lo largo y ancho de la plaza para que pudieran transitar los mercaderes y mercantes (marchantes);se organizaban de a cuerdo a su especialidad, en ellos se podría encontrar todo tipo de alimentos, desde los básicos
Contando ya con cuatro días aposentados en uno de los palacios de México-Tenochtitlan, Cortés consideró que estaría bien ir a conocer el templo de Huitzilopochtli, la plaza mayor de Tlatelolco y su mercado, que los indios llamaban tianguiztli. Tras concertarlo con el tlahtoani Moctezuma Xocoyotzin se dispuso una comitiva integrada por muchos caciques indígenas que servirían de guías, el capitán Jerónimo de Aguilar, doña Marina y algunos soldados a caballo y a pie bien armados. Entre ellos, se encontraba Bernal Díaz del Castillo que describió la impresión que causó el mercado en los españoles
El mercado de Tlatelolco fue fundado durante el gobierno del tlahtoani tlatelolca Cuacuauhpitzahuac (entre el año 1 conejo, 1350 y el 8 casa, 1409), hijo mayor del señor de Azcapotzalco, en tiempos en que tanto tenochcas como tlatelolcas eran sus vasallos.
El recinto que albergaba el mercado estaba conformado por una gran plaza con piso enlajado de piedra, ubicada a un costado del templo principal de Tlatelolco, delimitada por edificios rectangulares con portales que fungían como cámaras de justicia; allí se regulaba y vigilaban las buenas prácticas de intercambio a través de tres jueces que se encargaban de resolver las controversias; asimismo, la presencia de alguaciles ejecutores garantizaba el orden. Estos tres jueces y alguaciles, debieron ser quienes organizaban la disposición en que tenían que ubicarse los ofertantes dentro de la plaza,
Los productos que se ofertaban en este recinto eran de dos tipos: de origen local -del valle de México- y los traídos de lugares lejanos. Las mercaderías del valle eran ofrecidas por los campesinos, cazadores y artesanos, es decir, por productores de primera mano. Entre estos estaban: frijol, maíz seco, chía, amaranto, chiles frescos y secos; los quelites como las acelgas, verdolagas, huazontles y espinacas; verduras como calabaza, jitomate, tomate, cuitlacoche, elote, chilacayote y aguacate; hierbas y raíces medicinales, algunos alimentos ya preparados como las salsas de tomate y jitomate; asados de carne, tortitas de limo del lago, tamales, tortillas, atole y dulces cristalizados; animales vivos como codornices, guajolotes, tórtolas, patos, perros y tuzas; huevos de codorniz, pato o guajolote, pericos, aves cantoras, águilas y gavilanes; carne de venado, liebre y perro; pescado de agua dulce, gusanos y chapulines; vigas, maderos, leña, tules y ocote; productos elaborados como objetos cerámicos de todas las formas de hechura; pieles curtidas de puma, liebre, venado, tejón, lobo y coyote; mantas, ropa, piezas
Mientras que los productos traídos de larga distancia, gran parte de ellos eran ofrecidos por mercaderes especialistas en trueque que visitaban distintos pueblos para obtener bienes de atracción que les dieran mejores ganancias, entre los productos que pudieron ofrecer están: miel, tabaco, copal, papel amate, sal de mar, cal, chapopote y hule; algunas frutas como el chico zapote, el zapote negro, el mamey, cacao y vainilla; aves de hermosos plumajes, pescado de mar, plumas ricas de numerosos colores, distintas piedras en núcleo para esculpir o en cuentas, pepitas de oro, plata estaño, madera, concha, herramientas de cobre, navajas de pedernal, mantas e hilos de algodón en diferentes colores, tinturas como la grana cochinilla y ungüentos amarillos, pieles curtidas de jaguar, ocelote, nutria, objetos cerámicos de elaboración externa, mantas de diferentes hechuras, ropa e hilos de algodón y maguey en diferentes colores; cestería, cuerdas, redes y huaraches.
También se vendían tlacotin o esclavos, estos podían ser de diferentes edades y sexo, y “eran expuestos tanto atados en unas varas largas al cuello o sueltos”.
El mercado de Tlatelolco representó para Tenochtitlan una gran derrama económica al ser un lugar importante de recaudación de impuestos al recibir una cuota por ocupar un espacio en esta plaza. El Mercado fue un recinto de reunión de un gran número de personas no solo de Tlatelolco y Tenochtitlan, sino del valle de México y de regiones lejanas, que asistían a cambiar sus productos por alimentos para completar su dieta, para elaborar su vestido y el de su familia, para comprar sus trajes y accesorios que los distinguían según su rango social, por materias primas para la creación de objetos suntuarios que ofrecería a su vez en el mismo mercado o en otros centros de comercio importantes, o por esclavos para su servicio personal o para ofrendarlos a sus dioses. Cubrían así, necesidades básicas alimentarias, cultura
espero te sirva (●'◡'●)