Respuestas
Respuesta:
Desde los más diversos
y aun contradictorios proyectos político-societales
hoy día se oye hablar de
ciudadanía y de construcción de ciudadanía; se oye
hablar de ellos como con la
intención de conferir a quien
pronuncia estos términos el
estatus de promotor de la
democracia; sin embargo, debido a
las confusiones conceptuales y políticas actuales (intencionadas o no),
no siempre se sabe con precisión a
qué se está aludiendo o haciendo
referencia en cada caso.
Lo que sí es muy evidente es
que en un entorno económico y
político crecientemente dominado
por los conceptos y las practicas de
corte neoliberal, desde el poder no
sólo se deslegitima a los colectivos
que emprenden procesos de lucha
con pretensiones de llevar a cabo
una transformación estructural o
revolucionaria de la sociedad; no
sólo se criminaliza a los colectivos
o activistas que emprenden luchas
sociales perfectamente legítimas
para defender o ampliar los derechos ciudadanos, sino que además en el terreno del lenguaje se ha desatado una ofensiva que tiende a generar
confusión conceptual y práctica acerca de lo que significan
e implican los derechos de ciudadanía y la construcción de
esos derechos.
Hemos estado presenciando la aparición paulatina en
el escenario sociopolítico de un conglomerado de colectivos
que pese a que se hacen llamar “ciudadanos”, su discurso
y práctica consisten en brindar apoyo y convalidación a las
propuestas y acciones políticas de consorcios monopólicos
y/o de los gobiernos que se distinguen precisamente por
anular, desaparecer o adelgazar —en términos legales o
reales— los derechos ciudadanos ya reconocidos, promulgados y establecidos; la aparición y circulación exhaustiva
de nociones cuyo fin es generar confusión conceptual y percepciones equívocas sobre la ciudadanía, los derechos de la
ciudadanía, la construcción de ciudadanía y los procesos de
acción colectiva de los ciudadanos.
Lo anterior nos ha puesto ante el reto y la necesidad
de definir de la manera más clara posible un conjunto de
nociones que nos permita ir más allá de los discursos y las
colectividades ciudadanizantes en apariencia, a fin de poder
dar con o detectar o distinguir los elementos centrales de
aquellos procesos que, efectivamente, son constructores
de ciudadanía.
Explicación: