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El istmo de Panamá es una prominente característica geográfica del mundo. Su privilegiada posición lo ha convertido en una encrucijada vital en la historia mundial. La rápida sucesión de viajes de descubrimiento después del segundo y tercer viaje de Colón al Nuevo Mundo, hizo de los pilotos y navegantes españoles los mejores conocedores del litoral de Tierra Firme. Costas, golfos, canales y ríos son observados y su posición relativa a los puntos de referencia celestial permitió al cartógrafo producir su interpretación visual. La obtención del conocimiento cartográfico era tan importante como el principal objetivo del viaje.
“Cada mapa cuenta una historia; cada mapa representa una oportunidad para describir nuestro patrimonio histórico. Es un viaje al pasado, donde se examinan las diferentes formas en que nuestra historia ha sido vista y presentada cartográficamente”.
Hernán Arauz Torres, curador
La exposición incluye mapas y paisajes desde el s. XVI hasta comienzos del s. XIX permitiendo hacer un recorrido por la historia del territorio panameño a través de la mirada de los cartógrafos, navegantes y geógrafos quienes durante los siglos XVI, XVII y XVIII interpretaron la geografía panameña mediante la exploración y la observación, como también desde la consulta, copia y/o adaptación de patrones de delineación ya existentes. De igual manera, diversos importantes hechos históricos causaron picos de producción cartográfica que ampliaron la diversidad de los mapas del Panamá colonial.
Los mapas de la exposición son originales (más de 60 piezas) pertenecientes a la colección particular de coleccionista panameño Luis Varela.
Ámbitos de la exposición: Desde el acercamiento a la tradición occidental en la antigüedad y la Edad Media hasta la era de los descubrimientos y el desarrollo de las expediciones científicas. El desarrollo de la cartografía en los siglos XVI y XVII se enmarca en la denominada Revolución Científica, que podemos fechar entre 1440 y 1690. Los mapas eran instrumentos de decisión y poder y en un largo periodo de cambios políticos, religiosos e intelectuales, esta revolución técnica, económica y científica constituyó un fenómeno social único.
Al finalizar el s. XVII el istmo de Panamá se había convertido en blanco de ataques de bucaneros. Los mapas que ilustraban y enriquecían las obras de los bucaneros junto a sus reveladoras observaciones son valiosos documentos históricos a la par de anecdóticos. Hacia finales del s. XVIII y comienzos del XIX renacen los esfuerzos españoles por recabar y actualizar conocimiento científico de sus colonias y áreas de ultramar, destacando las famosas expediciones de Alessandro Malaspina y Felipe Bauzá, que junto a la expedición de Joaquín Francisco Fidalgo visitan Panamá y crean una excelente gama de cartas marinas. Igualmente merecen especial atención los notables cartógrafos franceses, especialmente el célebre cartógrafo francés D´Anville quien en 1731 crea un mapa de la cuenca del Caribe. Esta será la herencia que recogerá Humboldt, uno de los más influyentes científicos alemanes, quien reconoció el continente americano entre 1799 y 1804.
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a) mapamundi de Juna de la cosa