dentro de la estructura social americana ¿qué sector fue el más perjudicado durante y después del proceso de la independencia del Perú?
Respuestas
Respuesta:
Explicación:
e las consecuencias económicas de la independencia en el Perú señalando como tales la disminución de la producción minera y agraria del país, la desaparición de la aristocracia colonial asentada en las principales ciudades y la sustitución de la dominación española por la británica.
Algunos han optado por ahondar más en las continuidades que en los cambios, y otros, al revés. Pero pocos han hurgado en cuál fue la nueva política económica que puso en marcha el recién creado Estado independiente. Aun cuando la nueva política nunca fue formulada claramente, es posible detectar diversos elementos que la compusieron. Sus resultados «macroeconómicos» no fueron buenos, ya que la producción y el comercio efectivamente disminuyeron durante varias décadas después de la independencia, pero sus resultados sociales fueron interesantes, ya que sugieren una mejora de la distribución del ingreso nacional. Ahora bien, antes de proceder a la presentación de la nueva política económica de la post independencia, resumiremos las principales consideraciones que hay que tomar en cuenta acerca de la historia de la emancipación del Perú, así como los hallazgos de la historiografía en materia de indicadores cuantitativos de este periodo.
El virreinato del Perú se emancipó en 1821, aunque el ejército realista no fue derrotado hasta fines de 1824, momento en que el Estado independiente pudo tomar recién el control del territorio.3 Fue una de las
últimas reparticiones coloniales en emanciparse, lo que hizo que las mejores oportunidades comerciales que brindaba la nueva situación —como, por ejemplo, servir de sede redistribuidora del comercio europeo en la región sudamericana— estuviesen ya tomadas por los países emancipados antes. De otro lado, la guerra de independencia fue prolongada. Se había iniciado en 1809, cuando el virreinato se convirtió en el centro de la contrarrevolución en el subcontinente sudamericano, y perduró por los siguientes quince años. Esos tres lustros de guerra consumieron una gran cantidad de hombres, animales y capital. Las pérdidas se acentuaron cuando los ejércitos libertadores que habían venido de Chile, el Río de la Plata y la Gran Colombia cobraron sus salarios y repatriaron las ganancias de los capitales que pudieron arrancar a los derrotados españoles. El país quedó, así, independiente, pero su comercio, sin barcos ni capitales; sus minas, sin mulas ni operarios; y sus haciendas, sin semillas y con menos esclavos de los que habían tenido antes.
Sin embargo, dichas pérdidas, comunes a toda guerra, podían ser solo de corto plazo. La emancipación era una oportunidad para plantearse una reorientación de la trayectoria económica seguida hasta entonces. Es difícil señalar hoy, en pleno apogeo de una «nueva historia política», que los móviles de la independencia hispanoamericana fueron exclusiva o principalmente económicos, aunque el aspecto fiscal llegó a cobrar un protagonismo importante en los casos de países como México o el Perú (tema que abordaremos más adelante)