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EXISTE LA VERDAD? Hoy en día parece que hablar de verdad suena muy radical. Si alguien afirma algo con pretensión de que sea aceptado por todos como válido parece que será mal visto socialmente. A fin de recibir la aceptación general, parece que se tendría que afirmar “esto es así, según mi punto de vista”, o tratar de suavizar la intención de que esa frase sea válida más allá de nosotros mismos. Esto puede deberse a la “dictadura del relativismo”, que impera en nuestros días. Nos encontramos en un ambiente en el que todo lo que tenga la pretensión de ser universal, de ser objetivo o de ser verdadero, es digno de sospecha. Quizá esto sea así porque pensamos que, si algo es verdad, y no sólo verdadero para mí, sino que se trata de una cosa que todos deberíamos reconocer como tal, al querer mostrárselo a los demás de esta manera, estaré imponiéndoselo y, por tanto, coartando su libertad que, junto con la tolerancia, es una de las palabras clave de nuestra sociedad y de este momento histórico. Por eso, ante todo lo que pueda verse como una amenaza a estos dos valores imperantes la reacción suele ser el rechazo. Pero, ¿son la tolerancia y la libertad los valores más altos? Quizá sean muy importantes, pero no los principales. Al respecto cabría hacerse varias preguntas, aunque en el siglo XXI pararse a pensar un poco parece “misión imposible” pues, sin darnos cuenta, todo nos lo dan ya pensado, o, más bien, los medios dirigen nuestra manera de pensar y nosotros les dejamos, pues estamos demasiado entretenidos con Internet, la televisión, el WhatsApp, como para pensar por nosotros mismos. ¿No nos faltará acaso silencio para poder reflexionar? La primera de las cuestiones que uno se podría plantear al respecto sería la de si existe realmente la verdad. Y, en caso de que la respuesta fuese afirmativa, inmediatamente nos tendríamos que plantear si estamos acaso en condiciones de llegar a conocerla. Empecemos tratando de responder a la segunda cuestión. Es cierto que en nuestro día a día nos podemos encontrar con personas muy diversas, con opiniones y puntos de vista también muy distintos de los nuestros debido a multitud de factores, como pueden ser la educación recibida o las experiencias vividas. Pero, a pesar de la diversidad de puntos de vista, hay grandes valores, tales como la amistad, la magnanimidad, el amor incondicional, que son compartidos por todos nosotros, sólo que normalmente no nos paramos a considerarlo. Si bien también hemos de contar con nuestra propia limitación para algo aparentemente tan sencillo como puede ser el conocimiento de nosotros mismos. Y sin embargo, sabemos que en numerosas ocasiones idealizamos y deformamos nuestra propia realidad. Por ello, creo que es necesaria una ayuda externa para poder conocernos bien a nosotros mismos. Pero, ¿qué pasa con respecto al conocimiento de la realidad? Una condición imprescindible para poder acercarnos a la verdad es querer verla, ya que como coloquialmente se suele afirmar “no hay más ciego que el que no quiere ver”. De ahí la necesidad de confrontar nuestras opiniones con otras personas, tanto acerca de nosotros mismos como acerca de todo lo que nos rodea. Pero, ¿podemos conocer la Verdad? Sinceramente creo que esto es algo muy difícil, pero no imposible. Por nuestra parte requiere esfuerzo y buena voluntad como medios imprescindibles para conocerla. Pero éstos no bastan. Pues muchos son los científicos y los filósofos que con numerosas teorías han tratado de describir bien la realidad, y con el transcurso del tiempo y los nuevos avances surgen otras mejores. No obstante, esto no debería hacernos renunciar a querer conocer la verdad.
Explicación:
Espero y te ayude.
Respuesta:
es una conciencia entre la afirmación y los hechos o diferente a la realidad dicha, pero científicamente hay declaraciones que parecen decir realmente lo correcto