• Asignatura: Religión
  • Autor: jenniferarangorojas
  • hace 4 años

Todos los hombres son llamados al mismo fin: Dios. Existe cierta semejanza entre la unión de las
personas divinas y la fraternidad que los hombres deben instaurar entre ellos, en la verdad y el amor.
El amor al prójimo es inseparable del amor a Dios.
La persona humana necesita la vida social. Esta no constituye para ella algo sobreañadido sino una
exigencia de su naturaleza. Por el intercambio con otros, la reciprocidad de servicios y el diálogo con
sus hermanos, el hombre desarrolla sus capacidades; así responde a su vocación.
Una sociedad es un conjunto de personas ligadas de manera orgánica por un principio de unidad que
supera a cada una de ellas. Asamblea a la vez visible y espiritual, una sociedad perdura en el tiempo:
recoge el pasado y prepara el porvenir. Mediante ella, cada hombre es constituido “heredero”, recibe
“talentos” que enriquecen su identidad y a los que debe hacer fructificar (cf Lc 19, 13.15). En verdad,
se debe afirmar que cada uno tiene deberes para con las comunidades de que forma parte y está
obligado a respetar a las autoridades encargadas del bien común de las mismas.
Cada comunidad se define por su fin y obedece en consecuencia a reglas específicas, pero “el principio,
el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana”.
Algunas sociedades, como la familia y la ciudad, corresponden más inmediatamente a la naturaleza
del hombre. Le son necesarias. Con el fin de favorecer la participación del mayor número de personas
en la vida social, es preciso impulsar, alentar la creación de
asociaciones e instituciones de libre iniciativa “para fines económicos,
sociales, culturales, recreativos, deportivos, profesionales y políticos,
tanto dentro de cada una de las naciones como en el plano mundial”.
Esta “socialización” expresa igualmente la tendencia natural que
impulsa a los seres humanos a asociarse con el fin de alcanzar
objetivos que exceden las capacidades individuales. Desarrolla las
cualidades de la persona, en particular, su sentido de iniciativa y de
responsabilidad. Ayuda a garantizar sus derechos.
“La socialización presenta también peligros. Una intervención demasiado fuerte del Estado puede
amenazar la libertad y la iniciativa personales. La doctrina de la Iglesia ha elaborado el principio
llamado de subsidiariedad. Según éste, “una estructura social de orden superior no debe interferir en
la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándole de sus competencias, sino que más bien
debe sostenerle en caso de necesidad y ayudarle a coordinar su acción con la de los demás componentes
sociales, con miras al bien común
Según la lectura,¿cual es el fin de todos los seres humanos?

Respuestas

Respuesta dada por: miaaltair
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nose mi hija jaja xd xd ☺☺☺ corita facherita facherita

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