Como fortalecer esos habitos de estudio
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1. Estudiar periodos cortos y espaciados en el tiempo
El método Kaizen considera que si estudiamos de esta manera seremos mucho más productivos que si nos esforzamos en estudiar sin descanso durante horas. Este método afirma que es preferible realizar diez sesiones de estudio de una hora durante diez días que estudiar durante diez horas en uno solo día.
El cerebro retiene mejor la información cuando interpreta y comprende la información, sobre todo cuando se la dosificamos a través de sesiones cortas, pero repetidas. Esta lógica de estudio se aplica a cualquier nivel de aprendizaje, es decir, tanto en la escuela como en la universidad.
2. Estudiar todos los días a la misma hora
Este hábito de estudio resulta mucho más productivo que si lo hacemos a deshora. Aunque alguna vez te haya servido estudiar parte o la totalidad de la noche, tenemos que reconocer que no es lo más eficaz. Está científicamente demostrado que tu capacidad de razonar se ve considerablemente mermada si estudiamos a horas intempestivas que en un horario en el que normalmente estamos más activos.
Al crear el hábito de estudiar todos los días a la misma hora nuestro cerebro lo interpreta reduciendo la actividad cerebral requerida para desarrollar la tarea en cuestión y, así, centrarse en ella debidamente.
3. Estudiar siempre en el mismo lugar
Encuentra un lugar que favorezca la concentración, lejos de las distracciones y tranquilo. Si es siempre el mismo reaccionamos de manera similar al hecho de estudiar siempre a la misma hora.
4. Establece objetivos para cada sesión de estudio
Organízate antes de cada sesión de estudio y distribuye la cantidad de apuntes que necesites para cada vez.
De este modo, podemos visualizar claramente qué es lo que queremos aprender en cada sesión. Solo de esta manera evitamos divagar y perder el tiempo.
5. El descanso es importante
Tu cuerpo, y, cuando estudiamos, sobre todo tu mente, necesita descansar para estar a pleno rendimiento. Ten en cuenta que debes dormir entre 7 y 8 horas diarias (y seguidas) para mantener al máximo tus capacidades. Pero cuando hablamos del descanso no nos referimos solamente al sueño; también es vital disfrutar del tiempo libre.
De esta forma reduciremos el estrés y nos sentiremos más preparados frente al estudio.
6. Aprende para enseñar, no para memorizar
Una práctica muy eficaz es que, al final de cada sesión, hagas una exposición oral de lo que has aprendido, como si fueras un profesor. Aunque haya sido muy poco, podrás interiorizarlo mucho mejor y aprenderás a estructurar la información adecuadamente.
Por último, olvídate de los dispositivos móviles durante un tiempo y centra toda tu atención a comprender lo que estás leyendo.