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Respuesta:
La coronación de Carlomagno como emperador fue, ante todo, una cuestión de conveniencia entre él y el Papa León III. En otoño del año 800, el rey franco acompañó a León III a Roma, asegurándole su protección frente a sus opositores en la Iglesia y restaurando su poder como Papa
Explicación:
Carlomagno (aprox. 747-814) había partido a Roma en noviembre de 799. El Papa le había pedido ayuda, pues no podía defenderse de sus adversarios en la ciudad. Después de que Carlomagno lograra calmar la situación y de que León III (aprox. 750-816) hubiera apaciguado los ánimos a través de un juramento de purificación, ambos tomaron parte en la misa de Navidad en la Basílica de San Pedro. Aquella noche, los ciudadanos romanos y el episcopado presentes asistieron a un espectáculo de dimensiones históricas.
Según Eginardo (aprox. 780-840), biógrafo de Carlomagno, éste se había arrodillado en actitud devota ante el altar, cuando el Papa León III se aproximó por atrás colocándole la corona de emperador romano. El rey franco reaccionó al parecer con sorpresa, por lo menos eso dice su biógrafo. Probablemente Carlomagno había contado, sin embargo, con convertirse en emperador, a final de cuentas el Papa dependía de una ayuda secular, que en Europa sólo el rey franco estaba en condiciones de garantizar.
Apenas coronado Carlomagno, el Papa se arrodilló ante los pies del nuevo emperador. En ese momento los clérigos comenzaron a recitar la letanía de la coronación, mientras los ciudadanos de Roma aplaudían fuertemente. Con esta ceremonia, el rey de los francos se convirtió en emperador romano, cuyo poderío se extendía sobre amplias regiones de Europa.