EL TEXTO:
No cabe duda de que el fútbol, como deporte de masas, con una repercusión social inigualable,

es una actividad que no deja indiferente a nadie provocando amor u odio en el entorno profe-

sional del deporte.

Desgraciadamente, nuestra percepción sobre el fútbol, pese a ser un juego reglado de enorme

atractivo, se ve contagiada por el entorno que lo rodea. Este entorno que en competición se con-

vierte en hostil, agresivo, afecta directamente a los niños y niñas que lo practican tanto en nues-

tras clases como en las actividades externas. Siempre he tratado de separar estos dos ámbitos,

quizá porque siempre me ha gustado el juego y no tanto el ambiente en el que se desenvuelve.

Definitivamente me he rendido, son inseparables. Tengo la sensación de que cada vez más los

principiantes se inician en el fútbol con la meta concreta de llegar a ser una gran figura, con su

fama y todo lo que conlleva. ¿Hay principiantes en este deporte que comienzan a jugar sólo por

el mero hecho de disfrutar de su práctica? En el resto de deportes se da alguna circunstancia

puntual que orienta a los principiantes a practicarlo, quizá un comentario positivo de un moni-

tor sobre su aparente competencia inicial, un modelo en la familia, el grupo de amigos que lo

practica , la cercanía al domicilio de las instalaciones y, por supuesto, la imagen de los grandes

deportistas. El bombardeo constante de información que vemos y escuchamos sobre fútbol es,

sin lugar a dudas, el principal culpable de la masiva orientación inicial a la práctica del fútbol.

Después de reflexionar mucho sobre estas cuestiones y debido a mi afinidad por este deporte,

compañero de aventura durante tantos años, no he tenido más remedio que destacar todas sus

virtudes para convencerme de los enormes beneficios que conlleva su práctica. Inicialmente, el

extraordinario impacto mediático genera una fuente de motivación externa para los niños, los

cuales se acercan a las escuelas de formación con un elevado grado inicial de entusiasmo.

Atendiendo a los requerimientos condicionales, podemos afirmar que es un deporte muy com-

pleto. Por un lado los desplazamientos intermitentes de intensidad variable y durante un tiempo

prolongado, mejoran la resistencia del deportista. Igualmente, las aceleraciones, saltos y fre-

nadas promueven adaptaciones de la capacidad contráctil de los diferentes grupos musculares,

fundamentalmente del tren inferior. Desde el punto de vista psicológico y concretamente, en

relación con los factores motivacionales, la consecución de logros como el gol o el pase perfecto

ayudan a la mejora de la autoestima y eficacia percibida, animando a continuar con su práctica.

Finalmente, las implicaciones colectivas del juego, la necesidad de colaborar como parte de un

equipo que persigue un objetivo común aporta un valor pedagógico incuestionable, sobre todo

en una sociedad tendente a mostrar comportamientos poco solidarios. Relacionarse con otros

compañeros en lo bueno y lo malo, en el abrazo y admiración o en el rechazo y recriminación,

ayuda a formar personalidades con más experiencias para el resto de actividades de su vida.

No me gustaría terminar sin un análisis de la imagen pública del fútbol. Padres, deportistas y

demás aficionados, desconocedores del concepto “fair-play”, que gritan e insultan al árbitro o al

oponente, muestran la figura del mal, como cuando en los dibujos animados aparecen los malos

con el brillo en su dentadura. Expliquemos a nuestros niños y niñas esta dualidad. Quizá comprendan que el fútbol es un bonito juego aunque esté rodeado de malvados vestidos de negro a

los que no hay que imitar sino rechazar.

Luis Fradua Uriondo

Profesor de Fútbol
PREFUNTAS:

-¿Cuáles son las ideas principales del texto?
-¿Estás de acuerdo con lo que indeca el profesor Luis Fradua? ¿Discrepas en algo?
-¿Es esto mismo, que se comenta en el documento, aplicable a otros deportes​

Respuestas

Respuesta dada por: otaku5664
0

Respuesta:

mucho texto .............

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