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5
cuento sobre la célula
animal El hombre canoso y bigotudo fue peinado por última vez -¿o por primera?- para empacarlo al mas allá; como todos, mas allá de teorias o idealizaciones, dejó un cuerpo para pudrirse y un alma para recordar; dejó también una imagen de ojos rodeados de arrugas, tantas como fórmulas en una pizarra delante de ellos y muchas dudas sobre el tiempo que ya no le importaría por muy relativo que fuera; su masa gris y la de otros colores, fue transformándose, como toda materia que no se destruye, ni se crea -según los colegas de este señor enterrado- y pasó a través de las tablas y llegó a la tierra, células desarticuladas en componentes químicos que fueron a formar parte de otras cosas; se repartía el gran hombre abarcando físicamente tanto como sus teorias en las universidades.
Una célula del cerebro de Albert, como le podría llamar su esposa, pudiera ser parte de un objeto lanzado hacia un planeta más cerca del sol, esto haría honor a su rango científico; tendría el privilegio de visitar parajes nunca vistos aunque ciertamente como célula o componentes de esta ahora reorganizados en otra materia no podria literalmente "ver" ni perteneciendo al lente que tomó peliculas en la mencionada misión interplanetaria.
Otros elementos de esa célula fueron a parar a un pote de una sustancia empleada en la restauración de una obra de arte del Renacimiento y nadie sabe que en la punta de uno de los cabellos de la muchacha que sale de la concha está parte del pensamiento de un gran hombre de ciencia gracias a un curador que ordenó restaurar ese Boticelli para hacer una expo-subasta a beneficio de los enfermos de X de la isla a donde llegan tan pocas medicinas.
Albert ha viajado a Venus y está en la cabellera o en el pubis de una Afrodita nacida en Italia en el siglo XV, ha sido útil a la física y a la medicina y hasta a la literatura pues una muchacha de Los Angeles sugirió su nombre para un cuento sobre una celula viajera y multidimencional
animal El hombre canoso y bigotudo fue peinado por última vez -¿o por primera?- para empacarlo al mas allá; como todos, mas allá de teorias o idealizaciones, dejó un cuerpo para pudrirse y un alma para recordar; dejó también una imagen de ojos rodeados de arrugas, tantas como fórmulas en una pizarra delante de ellos y muchas dudas sobre el tiempo que ya no le importaría por muy relativo que fuera; su masa gris y la de otros colores, fue transformándose, como toda materia que no se destruye, ni se crea -según los colegas de este señor enterrado- y pasó a través de las tablas y llegó a la tierra, células desarticuladas en componentes químicos que fueron a formar parte de otras cosas; se repartía el gran hombre abarcando físicamente tanto como sus teorias en las universidades.
Una célula del cerebro de Albert, como le podría llamar su esposa, pudiera ser parte de un objeto lanzado hacia un planeta más cerca del sol, esto haría honor a su rango científico; tendría el privilegio de visitar parajes nunca vistos aunque ciertamente como célula o componentes de esta ahora reorganizados en otra materia no podria literalmente "ver" ni perteneciendo al lente que tomó peliculas en la mencionada misión interplanetaria.
Otros elementos de esa célula fueron a parar a un pote de una sustancia empleada en la restauración de una obra de arte del Renacimiento y nadie sabe que en la punta de uno de los cabellos de la muchacha que sale de la concha está parte del pensamiento de un gran hombre de ciencia gracias a un curador que ordenó restaurar ese Boticelli para hacer una expo-subasta a beneficio de los enfermos de X de la isla a donde llegan tan pocas medicinas.
Albert ha viajado a Venus y está en la cabellera o en el pubis de una Afrodita nacida en Italia en el siglo XV, ha sido útil a la física y a la medicina y hasta a la literatura pues una muchacha de Los Angeles sugirió su nombre para un cuento sobre una celula viajera y multidimencional
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