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Respuesta:
Una vez que entendemos el patrón de caminar como un acto que acompaña al ser
humano a lo largo de su vida y que puede incidir permanentemente en su cotidianidad,
a partir de los postulados de Muñoz4
, se hace pertinente estudiar desde la pedagogía
infantil el patrón de caminar como un elemento indispensable de la formación en la
población infantil.
Cabe señalar la necesidad de efectuar este proyecto en la medida que el
caminar es una experiencia humana por excelencia que hace parte de la evolución, que
viene de los procesos de transformación no solamente individual sino social, porque no
caminamos igual que nadie, es decir que cada persona en el mundo camina diferente
pero se adoptan los modelos de las condiciones geográficas y sociales a que pertenece
cada persona.5
Al respecto Peralta6
propone que tantas formas de caminar hay, como personas
en el mundo van, esto incide en que tantas personas van caminando y piensan distinto,
por lo tanto el derecho a caminar se constituye desde Pavía7
como una de las
expresiones de movimiento más auténtica y que pueden llegar a influir en el
aprendizaje y la forma de actuar de las personas.
La forma como caminamos si bien está determinada no solamente por el sentido
de la vista y por la estructura que se tenga o la forma en que se mire, está
condicionada por la altura que cada persona lleva y por sus experiencias sociales, en
ese caso se justifica realizar un estudio como este en la medida que vamos aportar
por lo menos a identificar el desempeño espacial de los niños, como los niños
dimensionan su contexto espacial, el cual no solamente está determinado en la casa,
en el barrio o colegio, sino según la dimensión que dentro de ellos deben manejar ya
sea al frente de una pantalla, una cancha, al elevar una cometa, montar en una
montaña rusa, ir a un parque de diversiones o al cine.
Por lo anterior, se hace necesario en lo que respecta el patrón de caminar,
identificar desde la pedagogía cómo se puede entender este fenómeno, seguidamente
también se pretende comprender como el hecho de caminar lento o rápido obedece a
un estado emocional, el cual determina unas velocidades, una frecuencia de pasos y
de resolución de situaciones. Por ello el estudio se fija en qué edad o según la edad
que tengan como están manifestando su forma de actuar, de asumir las cosas o
situaciones que se le presenten demostrándolo en su forma de caminar.
Finalmente, como estudio que representa la incidencia de la pedagogía infantil nos
convoca desde el contexto escolar a definir unos procesos o intenciones didácticas
aplicadas a la secuencia, la forma, el manejo de postura y a la identificación del centro
de gravedad en el patrón de caminar. Por ende nos ayuda a comprender mejor
elementos que están permanentemente en el contexto escolar y que muchas veces se
pasan por alto, dado que se enfocan especialmente en el currículo de las asignaturas
obligatorias y aquellas que denominan complementarias como la educación física se
dejan en un segundo plano.