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Abrimos una puerta de la historia por la relevante conmemoración de nuestra Carta Magna del 5 de febrero de 1917, cuyo origen se vincula y matiza con la personalidad y figura de don Venustiano Carranza, quien dotó a la República de una constitución con todo el peso político y social para consolidar al Estado mexicano. Esta labor se llevó a cabo por la perseverancia del grupo de revolucionarios y constituyentes que asimilaron la aportación del Manifiesto de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano del 1 de julio de 1906, presidida por Ricardo Flores Magón; del Plan de Ayala del 28 de noviembre de 1911; y la Convención de Aguascalientes entre 1914 y 1915.
La distinción de la figura de Carranza osciló entre dos constituciones; la de 1857 como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, y la del 5 de febrero de 1917, que el 1 de mayo lo acreditó como presidente de la República. Su primera investidura dio lugar a la imagen de un águila vista de frente con las alas abiertas, en el decreto sobre la convocatoria de su Primera Jefatura para reunir, en la ciudad de Santiago de Querétaro, al Congreso Constituyente el 1 de diciembre de 1916. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que reformó a la juarista dio lugar a un nuevo escudo nacional.
El gobierno de Venustiano Carranza fue reflejo de su congruencia política al hacer frente a la ilegalidad del huertismo y, desde el bastión coahuilense, ofrecer al país un nuevo marco jurídico institucional.
Don Venustiano Carranza integró en el Congreso Constituyente su filosofía política expresada en el Acta del Congreso de la xxii Legislatura del Congreso de Coahuila del 19 de febrero de 1913, y en el Plan de Guadalupe del 26 de marzo de aquel mismo año. La plataforma ideológica que justificaba la lucha armada, que manifestó en su discurso de Hermosillo el 24 de septiembre de 1913, así como las adiciones que hizo al Plan de Guadalupe, determinaron la creación de una nueva estructura militar, cimiento del actual Ejército Nacional.
La documentación del archivo del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, sita en el Centro de Estudios de Historia de México Carso.Fundación Carlos Slim, es fuente de primera mano para acceder a los epistolarios escritos desde los frentes de batalla, o a los adiestramientos e instrucciones políticas y públicas que reportan sus inquietudes de cómo se debe gobernar un Estado: ejercer el poder y la jefatura, utilizar las leyes, precisar las órdenes y conferir identidades nacionales al país, desde entonar el Himno Nacional hasta exaltar la figura de caudillos como Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Francisco I. Madero.
En síntesis, detrás de sus escritos se encuentra el pensamiento de un hombre que buscó equilibrar a México en el contexto internacional, en defensa de la soberanía nacional contra las invasiones norteamericanas de 1914 y 1916 con un sesgo de neutralidad y respeto, que se contraponía a las miras intervencionistas de la Doctrina Monroe.
A un siglo de la promulgación de la Carta Magna de 1917, corresponde aquilatar los procesos que dieron lugar al orden jurídico e institucional de México bajo la directriz de Venustiano Carranza
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