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Los esferoides multicelulares (Esf) constituyen un modelo experimental in vitro de complejidad intermedia entre los cultivos en monocapa (Mc) y los tumores in vivo.[2]
A pesar de presentar muchas de las limitaciones que acarrea un modelo experimental in vitro, ofrece una herramienta muy interesante para pruebas de sensibilidad a drogas citotóxicas, ya que se utilizan células adaptadas a las condiciones impuestas por la configuración espacial adquirida.
Una de las adaptaciones es la resistencia multicelular (multicellular resistance, MCR) producida por el entorno sólido de un tejido, que es un obstáculo mayor para muchas terapias antitumorales.[3]
Esta es una propiedad intrínseca de los tumores in vivo que normalmente no se manifiesta en células cultivadas en monocapa, pero sí cuando son cultivadas como esferoides multicelulares. Una vez que las células han establecido contacto con su microambiente (células homólogas, heterólogas y matriz extracelular), pueden cambiar su sensibilidad (comparadas con las respectivas monocapas) a las drogas antineoplásicas.
La resistencia multicelular comienza en menos de 24 horas después de iniciar el cultivo en esferoides, y en muchos casos las células pueden volverse resistentes a la mayoría de las drogas antitumorales, a la inmunoterapia y a diversas clases de radioterapia.[4]