Respuestas
Respuesta:
El XIX fue un siglo rico en cambios políticos y sociales pero, también culturales y, cómo no, de los usos y costumbres. Esta transformación fue posible gracias a la burguesía, el grupo social más pujante, que gozaba de un poder económico alto merced a la propiedad de la tierra, y a su dedicación en la industria y en empresas financieras y comerciales. Cada vez eran más las personas que gozaban de mayor riqueza y disponían de tiempo libre para celebrar bailes y veladas musicales en las suntuosas casas-palacio que aún pueden verse en ciudades como Madrid, Barcelona o Cádiz, o para charlar en cafés sobre política o literatura. Estas diversiones, hasta entonces sólo accesibles a una élite, pasaron a ser habituales en un gran segmento de la población y, claro, tanta soirée requería un vestuario apropiado.
La moda es uno de los fenómenos sociales más interesantes del siglo XIX: triunfan los primeros sastres con firma propia, aparecen las revistas que contribuyen a democratizar la indumentaria y a introducir gustos internacionales (principalmente parisinos) y, damas y caballeros modernos sucumben, por primera vez en la historia, a los cambios de temporada con sus tendencias particulares. En aquella etapa, el vivir cotidiano estaba unido a la observancia de unas rígidas costumbres establecidas. El estricto protocolo disponía qué había que ponerse en cada actividad: el paseo, el baile, la visita de cortesía… e, incluso, en actos políticos o religiosos.
Explicación:
espera haberte ayudado