Respuestas
Respuesta:
Una relación interespecífica o asociación interespecífica es la interacción biológica que tiene lugar entre dos o más individuos de especies diferentes.
En los ecosistemas se establecen relaciones alimentarias entre las distintas poblaciones. Los productores son los vegetales, organismos capaces de producir su propio alimento mediante el proceso de fotosíntesis; no necesitan comer a otros seres vivos. Los animales que no pueden fabricar su alimento, deben alimentarse de otros seres vivos. Por esta razón, son llamados consumidores. Los consumidores primarios, llamados herbívoros, comen vegetales. Los consumidores que comen a otros animales pueden ser secundarios, terciarios, cuaternarios e incluso, en casos extremos, quíntuples.
Cuando los organismos vivos mueren, o las plantas pierden hojas y flores, estos desechos son transformados en materiales más sencillos que retornan al suelo y pueden ser utilizados nuevamente. Los descomponedores, como algunos hongos y bacterias, se alimentan de estos restos. Si no existieran los descomponedores en las redes alimentarías, la Tierra se llenaría de plantas y animales muertos. Los hongos y las bacterias transforman los desechos en sales minerales, agua y dióxido de carbono, que luego los vegetales pueden aprovechar para realizar la fotosíntesis. Las cadenas alimentarías indican qué seres vivos se alimentan de otros que habitan el mismo ecosistema. Pero como un animal presenta una alimentación variada y al mismo tiempo puede ser comido por otros animales, se establece una relación compleja de alimentación dentro del ecosistema que se denomina red alimentaria.
Explicación:
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El Valle de Tehuacán, una zona árida ubicada en el límite de los estados de Puebla y Oaxaca, posee una gran diversidad biológica y cultural. En esta zona existen alrededor de 2800 especies de plantas, 184 especies de animales vertebrados y habitan 7 grupos humanos (Dávila et al., 2002). Las plantas útiles representan un elemento importante de la diversidad biológica, ya que se han registrado más de 900 especies (Pérez–Negrón y Casas, 2007). Estas plantas proporcionan recursos naturales como forraje, medicina, alimento, combustible y materiales de construcción, por lo que son fundamentales para la existencia de los grupos humanos de la región.
De acuerdo con Pérez–Negrón y Casas (2007), alrededor de 60 especies de plantas útiles están sujetas a distintos tipos de manejo in situ, como la tolerancia, el fomento y la protección. La recolección de productos en el campo es otra práctica frecuente que permite a los pobladores obtener diversos productos, como alimento, medicina y leña. El uso directo de los productos obtenidos de las plantas y la comercialización de algunos de ellos complementan la economía de los pobladores (Casas et al., 2001; Pérez–Negrón y Casas, 2007).
Debido a que la subsistencia de los grupos humanos depende en cierta medida de las plantas útiles, la determinación de algunos parámetros demográficos de las poblaciones de estas plantas y su capacidad de regeneración contribuiría a garantizar el aprovechamiento de los recursos naturales.