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El trastorno antisocial de la personalidad. Más allá de la conducta. Las personas con un trastorno antisocial manifiestan una conducta gravemente irresponsable. Se trata de conductas dirigidas al incumplimiento de las normas que para la sociedad son directrices del funcionamiento cotidiano.
De nuevo, saltarse las normas que imperan en la sociedad es necesario si la persona no se dirige por pensamientos más a largo plazo. El principal objetivo de las personas afectada por un trastorno antisocial es evitar ser controlado por los demás, se resisten a cooperar. Muestran una conducta agresiva con facilidad. Sin embargo otros tiene unas excepcionales habilidades sociales que usan para manipular y engañar a las demás personas.
Sus conductas no están dirigidas por emociones como la gratitud o la empatía. Comportamientos oposicionistas. Son personas que discuten con facilidad, se resisten a cooperar en sociedad y provocan peleas. La persona antisocial se ve a sí misma como inteligente, persistente pero obligado por las circunstancias.
Comportamientos impulsivos. Ve las dificultades que tienen con los demás como independientes de su conducta, por eso se creen víctimas de sistemas hostiles, injustos y prejuiciosos. Comportamientos culpabilizadores hacia los otros. Incluso las tareas de la vida diaria pueden suponer graves problemas a estas personas, por ejemplo ir a trabajar supone enfrentarse a muchas frustraciones que la persona antisocial no está dispuesta a tolerar.
Perciben muchas situaciones en la relación con los otros como humillantes y su conducta se dirige hacia el abandono de la relación. Así no puede evaluar los daños que ocasionan en los demás con sus conductas o en ellos mismos. En el trastorno antisocial son muy frecuentes las conductas adictivas y los comportamientos que ponen su vida y la de los otros en peligro. Las personas antisociales utilizan la ira y el enfado para controlar a los demás.
También les gusta ofrecer una imagen peligrosa y agresiva a la sociedad para que les respeten y dar la sensación de que son personas a las que hay que tomarse en serio. Comportamientos arrogantes. El trastorno antisocial se manifiesta en una alta necesidad de activación que le lleva a muchas conductas impulsivas que pueden poner en riesgo su salud , y las de los demás. Lo que la sociedad y los otros pueden denominar falta de responsabilidad para la persona antisocial es signo de libertad y autonomía.
El trastorno antisocial supone una ausencia de remordimiento que justifican con su pasado, donde nadie tuvo consideración de ellos y por tanto ahora ellos no tiene porqué tenerla con los demás. Considera que la otra persona está ahí para dañarle y explotarle, así que las personas antisociales no pueden confiar en nadie. La confianza dentro de nuestra sociedad es signo de ingenuidad para el antisocial.