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Lámparas halógenas
Empezaremos por el más común, los proyectores halógenos. Su popular uso se debe a la sencillez de la lampara y a su bajo coste. El precio de estas bombillas no supone un gran gasto y uno mismo puede sustituir las viejas por unas nuevas si es un poco mañoso, siempre teniendo precaución de no tocar el vidrio con las manos pues la grasa que se queda al tocarlas es muy perjudicial para su vida útil.
Sin embargo hay un punto que esta jugando muy en contra respecto a los nuevos sistemas que van saliendo al mercado, estamos hablando de su rendimiento. El gran problema de las bombillas halógenas es que gran parte de la energía que consumen se pierde en forma de calor.
La bombilla halógena se compone de una ampolla de vidrio resistente a altas temperaturas con un filamento de tungsteno en su interior y una mezcla de gases, normalmente argón y nitrógeno. Al recibir corriente, el filamento alcanza aproximadamente unos 2,500ºC, poniéndose incandescente y emitiendo luz, ese calor se traduce en pérdida de energía.
Hay que tener en cuenta que los faros con iluminación halógena pueden estar presentes en dos formatos:
El primero es el más extendido y cuenta con las paredes internas compuestas por un material que refracta la luz y en cierto modo hace que se conforme un haz de luz más potente.
El segundo de los casos es el de tipo proyector, un cilindro con cristal curvo que intenta enfocar la luz y no desaprovecharla, en ocasiones puede confundirse con la apariencia exterior del proyector de xenón cuando el mismo está apagado.
Luces Xenónde un tubo fluorescente. Se compone de un tubo hermético lleno de gases (en este caso halogenuros metálicos), dos electrodos y una corriente que va de un electrodo a otro a través del gas.
Tampoco queremos entrar mucho en detalles técnicos, pues el funcionamiento de este tipo de lamparas da para un post aparte.
Las ventajas de las lámparas de xenón frente a las halógenas son varias. La más importante es el haz de luz que proyectan, superior a 3,000 lúmenes de media frente (3.000k a 5.000k) a los 1,400 de una bombilla halógena. Además el color del haz es mucho más blanco (debido a una temperatura menor, lo que se traduce también en menos pérdidas), un tono que favorece la visión en la noche y causa menos cansancio visual al asemejarse más a la luz diurna.
Por tanto, decantarse por un sistema de iluminación xenon será positivo para la seguridad durante la conducción nocturna. Un haz de luz más largo nos permite tener más tiempo de reacción frente a cualquier contratiempo.
Siempre se ha dicho que las lámparas de xenón tienen una vida útil aproximadamente de 2,000h frente a las 1,000h que tiene una halógena sin embargo a diferencia del sistema halógeno, el xenón va por ciclos de encendido.
¿Y que inconvenientes tienen los faros xenón? El más importante es el elevado coste frente a otro tipo de lámparas. El complejo mecanismo que necesita para su funcionamiento hace que el coste de este tipo de luminarias sea alto y por ende, su mantenimiento, reparación o sustitución.
Siguiendo en la misma línea, necesitan un mayor cuidado, siendo necesario controlar el estado de las ópticas de vez en cuando. La importante luminosidad de este tipo de faros hace que la probabilidad de deslumbrar a otro conductor sea alta.
Además de la gran cantidad de potencia que obliga a la manipulación de este tipo de tecnología sólo por especialistas, los sistemas basados en el xenón obligan a incorporar por normativa (aunque no en todos los casos) lavafaros y sistema de regulación automático de alcance.Faros LED
En un punto intermedio entre los dos tipos de lámparas ya descritas, encontramos los LED. Diodos emisores de luz que llegaron pisando fuerte debido a su reducido tamaño y su bajo consumo.
Aunque su haz de luz no llega a la altura de los faros xenón, la iluminación LED cada vez va cogiendo más fuerza entre los fabricantes. En gran parte por permitir unos diseños de luces imposibles de realizar hasta el momento con las bombillas convencionales.
El reducido tamaño de los Led permiten agruparlos realizando formas imposibles de llevar a cabo con los sistemas de iluminación que existían hasta el momento.
Además, si tenemos en cuenta que cada vez son más los vehículos híbridos y eléctricos que están saliendo al mercado, un sector en el que cada vatio es crucial, las luminarias LED son casi una opción obligada.
El principal inconveniente que tienen los LED es, que aunque la emisión de luz apenas genera calor como pasa con las halógenas y las xenón, si que irradian temperatura desde la base. Y como el calor y la electrónica son dos conceptos que nunca se han llevado bien, supone una dificultad añadida en la instalación de estos sistemas, debiendo equipar disipadores de calor o ventiladores. Con el problema añadido de que estos sistemas se alojan junto al motor, un lugar que no se caracteriza por estar muy freso precisamente.
Explicación:
ESPERO QUE TE AYUDE AUNQUE SEA MUCHO TEXTO :V