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Respuesta:
Seguramente habrás notado que en muchas culturas la amistad se expresa uniendo los dedos meñiques: esto parte de la creencia de que una arteria une el corazón con el dedo pequeño de la mano.
Dice una bonita leyenda japonesa de amor que un poderoso emperador solicitó los servicios de una bruja para que siguiera el hilo rojo de su meñique, y esta le llevó hasta una campesina que vendía productos en el mercado con un bebé en brazos. Furioso por creerse objeto de burla, este empujó a la campesina abriendo una brecha en la frente de la niña y mandó cortar la cabeza de la bruja.
Algunos años más tarde la corte real aconsejó al rey casarse con la hija de un rico terrateniente. El día de la boda, al levantar el velo y ver por primera vez la faz de su mujer, el emperador reconoció en la frente la herida que le había abierto siendo un bebé. Hay hilos destino que no se pueden cortar.
Explicación:
se llama el hilo rojo