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Todo empieza un día de otoño, Rosa y Harmonía salen de l'orfanato para coger un barco en dirección a Rusia, a causa del peligro que corrían por la Guerra Civil. En el puerto se despidieron de su padre, Miguel, pero su madre, Carmiña, llegó tarde y no se pudo despedir de Rosa y Harmonía porque ya estaban dentro del barco y no pudieron salir. El viaje fue largo pero los regalaron muchas cosas. Harmonía se fijó mucho en el único chico que no lloraba, se llamaba León. Llegaron a Leningrado, su destino, allí tuvieron una casa, una escuela, una cuidadora que se llamaba María del Mar. En la escuela escribieron una carta a sus padres para contarles todo lo que les pasaba, pero esta carta no pudo llegar a tiempo a su destino ya que no podía pasar por la frontera. Los años pasaron y Miguel cayó en la batalla de l'Ebro. Carmiña vio que perdían la guerra y decidió marchar a Francia, allí no se sentía bien y consiguió irse a Argentina donde finalmente se casó con un hombre de negocios, pero nunca olvidó a Miguel. Por otra parte Rosa mostró sus dotes de bailarina y entró en el Bolshoi, que es la escuela de danza más famosa en Rusia y Harmonía y León se casaron. León continuó su carrera y fue un gran ingeniero reconocido en toda Rusia. Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial volvieron todos a España y en Galicia vivieron Harmonía, León, Rosa y sus respectivos hijos. Por fin un día la carta llegó a su destino, era aquella carta con que Harmonía mostraba sus mas profundos sentimientos. La guardaron como un recuerdo del mal que puede causar una guerra.
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