Respuestas
Respuesta:
Explicación:
Ve a Misa dos veces por semana
Deja de tomar café.
Sirve como voluntario en algún comedor u hospital algunas horas a la semana.
No uses tarjetas de crédito.
Reza el Rosario diariamente.
Lee la lectura bíblica del día en la cena con la familia.
Ayuna de comida chatarra.
Reza una novena o una devoción particular.
Adora el Santísimo una hora más del tiempo habitual.
Lee en Misa o servir como acomodador, o llevar la Santa Comunión a los enfermos.
Escribe a tus amigos sobre tu fe.
Haz ejercicio en el gimnasio o al aire libre como un ofrecimiento.
Abstente de alguna actividad favorita como Facebook o Twitter, o del teléfono celular por completo.
Abstente de comentarios desagradables, maliciosos o sarcásticos incluso en la mente.
Dile “te amo” diariamente a tu familia.
Haz y ofrecer la tarea que más te desagrade, pero hazlo con el corazón alegre.
Confiésate y haz examen de conciencia diariamente.
Aprende más sobre el Catecismo o la historia de la Iglesia.
Dona a la caridad un monto igual al que uses en tus gastos adicionales (no esenciales).
Descarta las pantallas de televisión o que sirven para entretenimiento.
No uses el teléfono celular o la computadora cuando no estés en el trabajo.
Visita a los enfermos, los ancianos y los presos.
Reza diariamente por las almas del Purgatorio.
Busca la reconciliación con familiares y amigos alejados.
Deja de malgastar el tiempo navegando en Internet, de compras, en la televisión, en el teléfono, etc.
No comas carne durante toda la Cuaresma
Invita a otros a ir a Misa contigo.
Los juguetes y la ropa en buen estado que no uses, dónalos a la caridad.
Consuela a quienes sufren el duelo con comida, tu presencia y tu oración.
Ayuda a la caridad católica o a una orden religiosa.
Regala Misas como obsequios para el año.
Defiende la vida protestando contra la pena de muerte, el aborto, escribiendo cartas o participando en vigilias de oración.
Acoge a familias en la cena de los viernes y habla sobre tu fe.
Canta con fuerte voz en Misa, con alegría y reverencia.
Ayuda en la catequesis de tu parroquia. Conviértete en un testigo de la fe.
Involúcrate más en tu parroquia y diócesis. Mira dónde hace falta ayuda y conviértete en esa ayuda.
Abandona cualquier hábito poco saludable que te impide acercarte a Cristo.
Dedica tiempo a descubrir la fe de un santo leyendo sus escritos.
Pide a Dios las gracias que no posees, hazlo diariamente.
Dale gracias a Dios, todos los días, por Su Hijo.