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Pasos para preparar una muestra
Existen dos formas básicas de preparar una muestra para el microscopio: la preparación en fresco o húmeda y la preparación en seco.
Preparación en fresco
La preparación en fresco es ideal para la observación de microorganismos o de tejidos biológicos que requieren ser hidratados.
Si la muestra es líquida colocamos unas gotas de la muestra en el centro del portaobjetos con la ayuda de una pipeta.
Si la muestra es sólida colocamos primero unas gotas de agua destilada o de solución salina sobre el portaobjetos y a continuación un fragmento de la muestra con la ayuda de unas pinzas.
Sujetando el cubreobjetos por dos de sus lados, apoyamos otro de sus lados sobre el portaobjetos de modo que forme un ángulo de aproximadamente 45 grados.
A continuación podemos soltar con cuidado el cubreobjetos de modo que quede colocado sobre el líquido que hemos depositado anteriormente. (Mediante este procedimiento se evita la formación de burbujas dentro de la muestra. En caso de que hayan aparecido burbujas entre el portaobjetos y el cubreobjetos será necesario repetir el procedimiento anterior.)
En caso de que haya un exceso de líquido alrededor del cubreobjetos podemos eliminarlo mediante papel absorbente.
Las preparaciones en fresco mantienen la hidratación durante un periodo de aproximadamente 30 minutos.
Si se requiere mantener la muestra hidratada durante un espacio de tiempo más largo pueden sellarse los bordes del cubreobjetos con vaselina. En este caso se evita la evaporación del líquido durante unas horas o incluso unos días.
Preparación en seco
La preparación en seco es ideal para muestras que no necesitan hidratación. Esto incluye, por ejemplo, un cabello, granos de polen, esporas, muestras de plantas, insectos, etc.
Si la muestra es totalmente opaca el primer paso consistirá en cortar primero una sección muy fina de la muestra. Esto permitirá observarla en el microscopio mediante luz transmitida.
Colocamos la sección que hemos cortado en el centro del portaobjetos con la ayuda de una pinzas. Si la muestra tiene un cierto volumen es recomendable utilizar un portaobjetos con una cavidad cóncava.
Para mantener la muestra fija en su sitio la cubrimos con un cubreobjetos. Esto evita también que el objetivo llegue a tocar la muestra en caso de cometer algún error durante la manipulación del microscopio