Ansiosos de oro
Achupallas, cantón Alausí, provincia de Chimborazo
Recopilación de Paulo de Carvalho-Neto
Dos hijos adolescentes buscaban incansablemente oro, pero no lo encontraban por ningún lugar. Agobiados, regresaron a casa. El padre los condujo a un campo lleno de matorrales y piedras, diciéndoles que ahí había oro y que era necesario sacar los montes y arrojar del sitio todas las piedras con el fin de que quedase limpio el campo. Los hijos, contentos, hicieron todo lo indicado. Pero no asomaba el oro. El padre de nuevo les manifestó que era necesario pulverizar la tierra; lo cual hicieron prestamente, pero no encontraron el oro. Disgustados, los codiciosos le dijeron al padre que no laboraron más porque todo era mentira, a lo que él les respondió: —Hay que sembrar papas, entonces tendrán en sus manos el oro. Por el ansia que tenían del metal, no escatimaron esfuerzo alguno y fueron a soltar la semilla en la tierra surcada. Tampoco encontraron oro. Pasó algún tiempo. Fructificó la sementera de papas y entonces el padre vendió el producto a buen precio, cogió mucho dinero y les entregó a los hijos, que se encontraban aburridos y descontentos con él, pues creían que les había engañado. —Tomen el oro del campo que ustedes labraron y sembraron, o sea las papas cuyo producto he vendido. Los hijos se quedaron muy satisfechos y siguieron sembrando unas veces papas, otras veces maíz.
: ¿cuál es la moraleja o lección que el cuento transmite?
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no se entiende explica mejor
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