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Respuesta:
Una extraordinaria curiosidad por lo casi invisible fue lo que llevó a un humilde comerciante de telas holandés a hacer uno de los descubrimientos más importantes de la historia de la Biología.
Sucedió un día de 1677 cuando Anton van Leeuwenhoek examinó a nivel microscópico su propia eyaculación.
"Quedó inmediatamente impactado por los pequeños 'animálculos' que encontró retorciéndose".
Así lo cuenta Laura Poppick en el reportaje The LongWinding Tale of Sperm Science... and why it's finally headed in the right direction ("La larga y tortuosa historia de la ciencia del esperma y por qué finalmente va en la dirección correcta") del Instituto Smithsonian.
Después de lo que vio no estaba muy seguro de qué hacer. No tenía ninguna formación científica, pero tenía una ansia insaciable por descubrir y aprender.
Explicación:
La carta
Leeuwenhoek informó a la Royal Society de Londres, la institución científica más importante de Europa en esa época, sobre su hallazgo.
Había hecho lo mismo con descubrimientos previos.
"Si su señoría cree que estas observaciones pueden molestar o escandalizar a los eruditos, le ruego encarecidamente a su señoría que las considere privadas y que las publique o las destruya como su señoría lo considere oportuno", escribió desde Holanda. espero que te ayude ♥