Respuestas
Respuesta:
Hemos estado haciendo federalismo sin saberlo o sin decirlo durante demasiado tiempo. La apertura e indeterminación de la Constitución española de 1978, la autonomía como un principio dispositivo susceptible de muy diversas concreciones fue, sin duda, un gran acierto de la Transición. Otorgó un gran protagonismo a los actores (Gobiernos central y autónomos, partidos políticos) que permitió diversos ritmos y niveles de autogobierno. Sin embargo, esta inicial virtud devino en fuente de crecientes problemas y las mismas razones de su éxito original se convirtieron en fuente de innegables disfuncionalidades y recentralizaciones
Explicación:
Respuesta:
Venezuela ha transitado entre el federalismo y el centralismo, sin poder encontrar
la fórmula adecuada según las características históricas propias del pueblo venezolano
(La Roche, 1972). Simón Bolívar (1815), como se sabe, se oponía al sistema federal para
las nuevas naciones latinoamericanas. Consideraba que no se estaba preparado para un
sistema demasiado perfecto ya que exigía “virtudes y talentos políticos muy superiores a
los nuestros”. Su opinión, al respecto, fue que las instituciones representativas y federales
no eran adecuadas “a nuestro carácter, costumbres y luces actuales”. Afirmaba que, así
como Venezuela había sido la república americana más adelantada en sus instituciones
políticas, también era el más claro ejemplo de la ineficacia de la forma demócrata y
federal, debido a las excesivas facultades de los gobiernos provinciales y a la falta de
centralización en lo general, que habían conducido al país al estado en que se encontraba.
Y sentenciaba:
En tanto que nuestros compatriotas no adquieran los talentos y las virtudes
políticas que distinguen a nuestros hermanos del Norte, los sistemas
enteramente populares, lejos de sernos favorables, temo mucho que vengan a
ser nuestra ruina. Desgraciadamente, estas cualidades parecen estar muy
distantes de nosotros en el grado que se requiere; y por el contrario, estamos
dominados de los vicios que se contraen bajo la dirección de una nación como
la española, que solo ha sobresalido en fiereza, ambición, venganza y codicia.
(Bolívar, 1815).
Parece ser que el tiempo le dio la razón al libertador. Los poderes regionalescaudillistas-militares siempre han estado en pugna con el poder central, al grado que. se
dice que el federalismo ha sido una completa utopía, asumida e impuesta, plagada del
debate entre caudillos regionales y centralistas (Rodríguez, 2012). La falta de una postura
clara sobre la forma de Estado, el reparto de competencias entre el poder central y las
provincias, así como las constantes pugnas intestinas ha llevado a Venezuela a tener 26
constituciones, entre federalistas y centralistas, con una descentralización administrativa
o de autonomías progresivas. El regreso a un modelo unitario o centralista en Venezuela
se vislumbra bastante difícil, si se considera que fue precisamente la bandera federalista
la que permitió que se convirtiera en un país soberano e independiente de la Gran
Colombia.
Explicación: