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4
Resumen:
Arturo, Franco y otros hombres se internan en la selva para rastrear al criminal y a las dos mujeres, alcanzarlos y cobrar venganza. Llegan a unos montes, en cuyos platanares silvestres habita una tribu semi-nómada de indios guahíbos, y viven con ellos cierto tiempo. Cuando se les agota el dinero, se dedican a la cacería de garzas; así, con la venta de las valiosas plumas, podrán comprar lo necesario para proseguir el viaje y encontrar a sus mujeres,
Una mañana, Arturo Cova y Franco se acercan a la barraca de una compañía cauchera. Allí pasan algún tiempo, durante el cual se dan cuenta de la esclavitud a que están sometidos los caucheros. Ahí se topan con el Váquiro, siniestro personaje que trafica con niñas de ocho a diez años para iniciarlas en la prostitución; también conocen a Funes, hombre sediento de sangre, quien en una noche, tendiéndoles una emboscada, ha asesinado a sesenta caucheros por reclamar sus derechos. En esta barraca, Arturo tiene amoríos con la Turca Zoraida Ayram, la Madona, magistralmente descrita como sensual, lasciva prostituta regordeta, calculadora, usurera y cínica, por quien el hijo de Clemente Silva se había suicidado.
Otros personajes característicos aparecen en este ambiente miserable y corrupto: el Petardo Lesmes, Ramiro Estévanez, el Catire, el Pipa, y el famoso y temible Cayeno, "el extranjero, el invasor, que en los lindes patrios taló las selvas, mató a los indios, esclavizó a mis compatriotas” quien muere destripado a manos de Arturo Cova, uno de cuyos perros arrastra el cadáver por el remanso, cogiéndolo por el extremo del intestino "que se desenrollaba como una cinta larga y siniestra".
Arturo envía hasta Río Negro a don Clemente Silva para que entregue una carta al cónsul de Colombia, misiva donde informa acerca de la explotación en que viven los caucheros.
La expedición, ahora más exigua, prosigue su marcha.
Disimulando ante Zoraida, Arturo Cova consigue averiguar el paradero del delincuente y encontrar a Griselda, ésta le cuenta sus desdichas y las de Alicia, acosadas por el raptor. Griselda fue vendida a la Madona Zoraida. Alicia se libró de ello porque estaba embarazada, y cierto día en que Barrera quiso violarla, Alicia, con una botella desfondada, "le hizo al bellaco, de un golpe, ocho sajaduras en plena cara".
Griselda, Cova y sus compañeros se marchan del lugar y, finalmente, encuentran al secuestrador y a Alicia. Arturo se traba en lucha con Barrera y lo mata. El cadáver es devorado por miles de caribes que en un segundo lo descarnan y dejan el esqueleto "mondo, blancuzco, que temblaba contra los juncos de la ribera como en un último estertor". A causa del cúmulo de impresiones, Alicia da a luz antes de tiempo. El sietemesino, milagrosamente, vive.
Arturo Cova se hace ilusiones acerca de su futuro junto a Alicia y a su hijo. Como no encuentran a Clemente Silva en el lugar convenido, continúan su camino, pero antes le dejan un mensaje: "Viejo Silva: sentimos no esperarlo [...] Le dejaremos en nuestro rumbo grandes fogones. ¡No se tarde! ¡Sólo tenemos víveres para seis días! ¡Nos vamos, pues! ¡En nombre de Dios!"
Pasado un tiempo, un último cable del cónsul de Colombia dirigido al ministro decía textualmente, en relación con la suerte de Arturo Cova y sus compañeros: "Hace cinco meses búscalos en vano Clemente Silva. Ni rastros de ellos. ¡Los devoró la selva!"
La vorágine es la novela de la selva amazónica, de la selva del caucho, región donde toda moral se desvanece ante la lucha sostenida por el hombre contra sus semejantes y contra la naturaleza "inhumana y sádica” batalla en la cual vence y sobrevive el más fuerte, el más hábil o el más sagaz.
Elaborada con abundantes elementos de carácter documental y con un estilo en el que el matiz hiperbólico de ciertos pasajes hace notar resabios románticos, el más alto valor literario de la obra reside en su estructura, en la unidad de la trama y en la recreación de la realidad de ese mundo lujurioso y avasallador de la selva americana, en medio de la cual viven y sucumben seres movidos por pasiones elementales, amor, odio, celos, lascivia, venganza, crueldad, violencia, infamia...
Al mismo tiempo, por su trasfondo de denuncia social, La vorágine implica una reflexión sobre la sociedad y la realidad latinoamericanas de principios de siglo.
Desde su publicación en 1924, ha sido llamada por muchos “la novela de la selva americana".
Arturo, Franco y otros hombres se internan en la selva para rastrear al criminal y a las dos mujeres, alcanzarlos y cobrar venganza. Llegan a unos montes, en cuyos platanares silvestres habita una tribu semi-nómada de indios guahíbos, y viven con ellos cierto tiempo. Cuando se les agota el dinero, se dedican a la cacería de garzas; así, con la venta de las valiosas plumas, podrán comprar lo necesario para proseguir el viaje y encontrar a sus mujeres,
Una mañana, Arturo Cova y Franco se acercan a la barraca de una compañía cauchera. Allí pasan algún tiempo, durante el cual se dan cuenta de la esclavitud a que están sometidos los caucheros. Ahí se topan con el Váquiro, siniestro personaje que trafica con niñas de ocho a diez años para iniciarlas en la prostitución; también conocen a Funes, hombre sediento de sangre, quien en una noche, tendiéndoles una emboscada, ha asesinado a sesenta caucheros por reclamar sus derechos. En esta barraca, Arturo tiene amoríos con la Turca Zoraida Ayram, la Madona, magistralmente descrita como sensual, lasciva prostituta regordeta, calculadora, usurera y cínica, por quien el hijo de Clemente Silva se había suicidado.
Otros personajes característicos aparecen en este ambiente miserable y corrupto: el Petardo Lesmes, Ramiro Estévanez, el Catire, el Pipa, y el famoso y temible Cayeno, "el extranjero, el invasor, que en los lindes patrios taló las selvas, mató a los indios, esclavizó a mis compatriotas” quien muere destripado a manos de Arturo Cova, uno de cuyos perros arrastra el cadáver por el remanso, cogiéndolo por el extremo del intestino "que se desenrollaba como una cinta larga y siniestra".
Arturo envía hasta Río Negro a don Clemente Silva para que entregue una carta al cónsul de Colombia, misiva donde informa acerca de la explotación en que viven los caucheros.
La expedición, ahora más exigua, prosigue su marcha.
Disimulando ante Zoraida, Arturo Cova consigue averiguar el paradero del delincuente y encontrar a Griselda, ésta le cuenta sus desdichas y las de Alicia, acosadas por el raptor. Griselda fue vendida a la Madona Zoraida. Alicia se libró de ello porque estaba embarazada, y cierto día en que Barrera quiso violarla, Alicia, con una botella desfondada, "le hizo al bellaco, de un golpe, ocho sajaduras en plena cara".
Griselda, Cova y sus compañeros se marchan del lugar y, finalmente, encuentran al secuestrador y a Alicia. Arturo se traba en lucha con Barrera y lo mata. El cadáver es devorado por miles de caribes que en un segundo lo descarnan y dejan el esqueleto "mondo, blancuzco, que temblaba contra los juncos de la ribera como en un último estertor". A causa del cúmulo de impresiones, Alicia da a luz antes de tiempo. El sietemesino, milagrosamente, vive.
Arturo Cova se hace ilusiones acerca de su futuro junto a Alicia y a su hijo. Como no encuentran a Clemente Silva en el lugar convenido, continúan su camino, pero antes le dejan un mensaje: "Viejo Silva: sentimos no esperarlo [...] Le dejaremos en nuestro rumbo grandes fogones. ¡No se tarde! ¡Sólo tenemos víveres para seis días! ¡Nos vamos, pues! ¡En nombre de Dios!"
Pasado un tiempo, un último cable del cónsul de Colombia dirigido al ministro decía textualmente, en relación con la suerte de Arturo Cova y sus compañeros: "Hace cinco meses búscalos en vano Clemente Silva. Ni rastros de ellos. ¡Los devoró la selva!"
La vorágine es la novela de la selva amazónica, de la selva del caucho, región donde toda moral se desvanece ante la lucha sostenida por el hombre contra sus semejantes y contra la naturaleza "inhumana y sádica” batalla en la cual vence y sobrevive el más fuerte, el más hábil o el más sagaz.
Elaborada con abundantes elementos de carácter documental y con un estilo en el que el matiz hiperbólico de ciertos pasajes hace notar resabios románticos, el más alto valor literario de la obra reside en su estructura, en la unidad de la trama y en la recreación de la realidad de ese mundo lujurioso y avasallador de la selva americana, en medio de la cual viven y sucumben seres movidos por pasiones elementales, amor, odio, celos, lascivia, venganza, crueldad, violencia, infamia...
Al mismo tiempo, por su trasfondo de denuncia social, La vorágine implica una reflexión sobre la sociedad y la realidad latinoamericanas de principios de siglo.
Desde su publicación en 1924, ha sido llamada por muchos “la novela de la selva americana".
mpauladiazruiz:
HEY GRACIAS!
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