LA FABULA DEL NIÑO QUE NO QUERIA PASAR FRIO
“Erase una vez un niño que se perdió en un bosque cercano a su pueblo. Como el tiempo estaba frío, decidió salir a buscar
materiales para hacer una fogata, tal como lo leyó en un cuento.
El pequeño nunca antes lo había hecho, por lo tanto tendría que experimentar. Y así él fue acarreando diversos elementos al campamento que improvisó. En sus intentos por encender el fuego, nuestro pequeño investigador fue descubriendo que algunos objetos se quemaban y otros no encendían de ninguna manera. Para no seguir trabajando en forma inútil, decidió hacer una lista de los que se quemaban”.
“Este sistema de clasificación le fue bastante útil al principio, en su empeño por conseguir fuentes de calor y así, sólo siguió buscando aquellas que le daban seguridad que se quemaban”
“Cuando las ramas secas, palos y estacas que estaban botadas alrededor empezaron a escasear, el niño trató de encontrar cierto indicio de regularidad que le orientara a encontrar nuevos elementos combustibles. Observando los últimos objetos que se estaban quemando, sus ojos se iluminaron al establecer su primera generalización y se dijo: QUIZÁS LAS COSAS CON FORMA CILÍNDRICA SE QUEMAN”.
“A la mañana siguiente, nuestro pequeño héroe salió en busca de nuevos materiales combustibles, pero olvidó llevar su lista consigo. Sin embargo, recordaba la generalización que él había establecido y comenzó a aplicarla. De este modo, cuando regresó al campamento llevaba: una rama seca de árbol, un bastón viejo, tres estacas de madera y el mango de una pala.”
“Mientras descansaba calentándose en la hoguera que volvió a activar estaba contento, pues todo salió bien, gracias al éxito logrado por su razonamiento; por eso, él había desechado un radiador de auto, una cadena de bicicleta, un tablón grande, una caja llena con diarios y una puerta casi completa. Si estos objetos no eran cilíndricos, entonces no se quemarían”.
“Debido a sus exitosas predicciones, nuestro explorador se sintió más seguro. Al atardecer, dejó deliberadamente la nueva lista en su campamento. Aplicando la generalización, que había resistido a la experiencia, no encontró más ramas, pero acumuló un considerable cargamento con trozos de cañería, dos frascos de vidrio y el eje roto de un auto. En cambio, desechó la caja con diarios, el tablón y la puerta abandonada, puesto que no eran cilíndricos.”
“Al amanecer del nuevo día, despertó con frío, pues esta vez, sus predicciones basadas en la combustibilidad de los cuerpos cilíndricos, resultaron falsas, luego su generalización se vino al suelo. Ahora sus heladas y temblorosas reflexiones fueron: ¬ No siempre los objetos cilíndricos se pueden quemar.
¬ Aunque lo cilíndrico no es seguro, las ramas, los palos y demás objetos de mi lista se quemaron.
¬ Debo corregir mi lista anotando las excepciones”
“Luego, al revisar su lista corregida, se le ocurrió una nueva regularidad, que encajaba mejor con las recientes observaciones y sus consecuencias: Quizás, los objetos para quemarse deben ser de madera, se dijo”.
PREGUNTAS:
¿Cuál es la utilidad del razonamiento inductivo?
¿Qué riesgo presentan sus conclusiones?
¿De qué manera se pueden mejorar las conclusiones?
¿Qué atributos debe tener una hipótesis?
El niño se comportó como un investigador sin serlo ¿Qué diferencias puedes establecer entre la actividad del niño y una investigación real?

Respuestas

Respuesta dada por: josenicole2000
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Respuesta:

a

Explicación:

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