• Asignatura: Religión
  • Autor: martharu2639
  • hace 4 años

. Aquí sólo bueno, bonito y barato.
• No se vista gacho, vistase gabacho.
. Aquí está lo mejor de lo mejor.
• Lleve la piña para la niña.
. Pásele a los tacos de carnitas de puerco, puerca o semejante.
• Pruebe el mejor aguacate del mundo.
¿ Que son dichos , pregones , o refranes?

Respuestas

Respuesta dada por: ximenaloki
8

Respuesta:

Los refranes, dichos y pregones son juegos de palabras que buscan comunicar información relevante de algún tema cotidiano, o transmitir una enseñanza mediante recursos formales del idioma; como rimas, comparaciones, elementos humorísticos, entre otros.

Explicación:

lo saque de google xd

Respuesta dada por: 987blancoangel
0

Respuesta:

Métale mano” fue lo primero que escuché, y mis sentidos anti-acoso se pusieron alerta. Era un hombre quien gritaba la frase por un megáfono, ¿Qué tipo de acosador haría eso?

A un metro de él, había una montaña de colores dónde telas de todo tipo saltaban de un lado a otro sin poner resistencia. Miré de reojo al encargado, que sospechaba, era el tipo con el megáfono, pero al parecer aquí nadie se enoja cuando “desacomodas” la ropa como en los centros comerciales. Ya me imagino qué miradas les habrían echado en Liverpool a las cinco señoras que con toda confianza “metían mano” a la ropa de paca para buscar prendas a buen precio para su familia.

Yo llegué aquí por necesidad. A un año de dejar la casa de mis padres, mi ropa ya escaseaba e ir a comprar más con mi sueldo y viviendo sola era todo un lujo, como lo es para los 10 millones 145 mil 865 personas que según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo ganan un salario mínimo o no reciben ningún ingreso.

Sin embargo, la amiga que me recomendó este lugar no acudía a él por los precios, sino por la clase de prendas y zapatos que se pueden encontrar. “Nadie más va a traer lo que tú, es ropa americana” me dijo, y era cierto.

Al acercarme a un vendedor, me contó que los camiones con paca llegan muy temprano, como a las siete de la mañana y muchas personas aprovechan para comprar ropa barata y luego revenderla en otros tianguis o por internet, dónde triplican el precio. ¿Que cómo es tan barata? Bueno, muchas de las prendas son usadas pero en realidad su precio se debe a que no paga impuestos para entrar al país.

Las consecuencias de esta acción ilegal las sufrieron en enero los vendedores del mercado de San Antonio Abad, a quienes la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) les quitó su mercancía y les prohibió seguir vendiendo bajo el argumento de que la mercancía ingresó al país de contrabando.

Pero no hay otra forma de dar la ropa a tan bajos precios. Y es que aquí, mientras escuchas una buena salsa, puedes encontrar ropa de 50 pesos, con promociones de a 3 x 100, o para la ropa más maltratada, hasta de a “tostón”, porque aunque no toda la ropa sea nueva, las personas que compran ya conocen las técnicas y consejos para adquirir lo mejor.

Así me dijo doña Pati cuando vio mi novatez al querer comprar un hermoso vestido por 80 pesos pero con bastantes defectos. “Espérese niña, ¿segura que lo va a llevar con semejante hoyo? Hay prendas que se pueden reparar, pero esa se va a ver re-fea”.

¿¡Qué!? El susodicho vestido estaba algo deshilachado y para colmo, tenía un boquete del tamaño de mi puño en el costado. Miré con tristeza y coraje a doña Pati y lo devolví a su lugar. “No te enojes niña, aquí hay que saber comprar. Mira, primero salte del puesto y revisa el color de las telas porque la lona rosa que cubre los puestos luego lo cambia. También debes revisar que la ropa tenga todos sus botones y que los cierres sirvan, además de que no tenga hoyos o manchas”.

¡Todo un lío! pero supongo que para los precios que dan, puedes soportar ser un poco más atenta y también más cuidadosa, pues según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) las personas que usan ropa de paca sin la higiene necesaria, tienen el riesgo de presentar diversas enfermedades como gonorrea, dermatitis, tiña y sarna debido a los diversos orígenes de las prendas. Definitivamente no hay que probarse la ropa sin haberla lavado.

Y así lo hice, a ojo de buen cubero calculaba mi talla y llegando a casa la lavé con agua hirviendo. Me convertí en cliente constante, por lo cual, un día, entre tubos y espejos colgando, vi una cara conocida. Era esa chica fresa y bien vestida de mi clase que presumía su ropa de marca cada vez que la cuestionábamos por alguna de sus lindas prendas. Ahora lo entendía todo. Siempre me había preguntado dónde compraba esa ropa que por más que buscaba, yo no encontraba en Liverpool.

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