El martes amaneció una vaca en el jardín. Parecía un promontorio de arcilla en su movilidad dura y rebelde, hundidas las pezuñas en el barro y la cabeza doblegada. Durante la mañana los guajiros trataron de ahuyentarla con palos y ladrillos. Pero la vaca permaneció imperturbable en el jardín, dura, inviolable, todavía las pezuñas hundidas en el barro y la enorme cabeza humillada por la lluvia. Los guajiros lo acosaron hasta cuando la paciente tolerancia de mi padre vino en defensa suya:
“Déjenla tranquila-dijo.
-Ella se irá como vino”.
Respuestas
Respuesta dada por:
0
Respuesta:
y la pregunta?
Explicación:
Respuesta dada por:
0
Respuesta:
lindo
Explicación:
Preguntas similares
hace 3 años
hace 3 años
hace 5 años
hace 5 años
hace 7 años