EL VIAJERO ILUSTRADO
No es fácil hablar en América Latina
Gisela Galimi​

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Respuesta dada por: jaylabravomk
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EL VIAJERO ILUSTRADO

No es fácil hablar en América Latina      

Gisela Galimi

Dijo un escritor de estas tierras que “Latinoamérica tiene una misma  lengua que nos separa”.

  El  viajero  ilustrado  que  haya recorrido  con  el  oído  atento  el continente, sabrá que no solo es verdad,  sino  que  además  esto puede traer algunas dificultades. La experiencia de viajar lo hará evitar la ira, cuando después de dos  horas  de  buscar  un  regalo para su suegra, la vendedora le pregunte  cómo  quiere  cancelar: en Venezuela, Colombia o Chile esto significa que debe contestar si con tarjeta o efectivo, ya que en  esas  latitudes  cancelar  es sinónimo de pagar.

  De la misma manera, si a la viajera frecuente le dicen en Chile que tiene una linda lola, delante de su hija, no se pondrá colorada. El interlocutor está alabando a la niña,  ya  que  “lola”  o  “lolo” quiere  decir  chico  en  el  país

trasandino, igual que en Uruguay se  les  llama  “botija”,  en  Paraguay “mita”, en México “chavo” o en Buenos Aires “pibe”.

  También en el Caribe, el viajero no dejará que le lleven las maletas  a  una  habitación  sin regadera,  ya  que  en  México, Colombia o Venezuela esto significa que está tomando un cuarto sin ducha.

  Si en lugar de Centroamérica está  comiendo  en  Uruguay,  el trotamundos no se equivocará; al pedir chivito, sabrá que no debe esperar  carne  de  chivo  sino  un riquísimo sándwich de lomo.

  Del mismo modo, cuando sus nuevos  amigos  venezolanos  le pidan que “se baje de la mula”, significa que están juntando dinero para pagar la cuenta o que lo  están  asaltando, depende del modo en que se lo digan, el grado de amistad y la presencia de testigos, situaciones que el viajero ilustrado sabrá distinguir perfectamente .

  Si lo están cargando podrá decir en venezolano básico “no me eches  vaina”  (“vaina”,  al  igual que “cosa” aquí puede tener muchos significados), lo que en  panameño avanzado significa  “no me vacilés”.

  Frente  a  situaciones  de sorpresa, también en Panamá podrá exclamar “Ay chuleta” y si todo sale bien, decir en el Caribe  que  todo  está  cheverísimo –Panamá, Venezuela o Colombia– o que todo salió “padrísimo” en México.

  Finalmente, si la cosa se pone complicada y el viajero se cansa de la incansable sinonimia latinoamericana, puede optar por buscar una mina y decirle que “quiere morfar con poca guita”, con lo cual nadie le entenderá nada y el diálogo se llevará adelante en igualdad  de  condiciones;  o haciendo uso de su extenso bagaje  cultural  e inagotable practicidad, preguntar al interlocutor  si  habla  inglés  y continuar la conversación en una lengua globalizada.

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