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Respuesta:
Son aquellos que realiza el bebé en sus primeros meses de vida, que son posibles gracias a los reflejos primitivos y que estimulan su desarrollo neuronal. Y muchos reflejos quedan activos dificultando el desarrollo de la coordinación o impidiendo el avance de la atención y concentración.
Aportan beneficios en cuadros clínicos como dislexia, síndrome de Asperger, autismo, retraso psicomotor y del desarrollo, parálisis cerebral, déficit de atención, dificultades de aprendizaje y disgrafía, es decir, cualquier cuadro en el que sea necesario desarrollar la madurez del sistema
Respuesta:
Son la base de nuestro sistema nervioso central y de nuestra habilidad de movernos.
Se originan en el tallo cerebral. Estas áreas del cerebro son responsables para sobrevivir. Si nos encontramos bajo estrés nos movemos desde esta área permaneciendo en estado de supervivencia sin podernos conectar con la corteza pre-frontal que es donde procesamos y analizamos la información.
A medida que vamos creciendo nuestros reflejos no integrados disparan la respuesta de lucha o huida aun cuando no hay una razón “lógica” para el estrés. El comportamiento estresante se convierte en nuestro patrón de respuesta.