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Una pequeña historia escuchada en una tarde de otoño, narrada por una hermosa elfa, druida del Círculo de Cenarión, por supuesto no podré igualar su hermosa voz ni la suave cadencia de sus palabras, más osaré repetir su historia pues me resultó conmovedora.
"Érase una vez un árbol que vivía de puntillas sobre el suelo.
Este árbol ponía una sonrisa en primavera, cuando brotaban sus tallos, alegría en verano cuando maduraban sus frutos y nostalgia en otoño cuando se iba quedando desnudo. Un invierno vinieron unos hombres serios y lo cortaron.
El árbol vio como lo arrancaban de aquel trozo de tierra y lo llevaron.
Era un árbol fuerte y valiente, que resistió hasta en su misma muerte, y es que sabía lo que es aguantar el azote de la arena que llevaba el viento y el soplo helado de la noche que congela hasta la savia.
No dejó escapar ni una sola queja cuando lo cortaron. Tan sólo cayó de él una pequeña lágrima que fue a caer en el hueco que dejó en la tierra.
Nadie se dio cuenta, pero con el paso del tiempo, de aquella lágrima creció otro árbol que también era fuerte.
Un día, los hombres que cortaban los árboles, se dieron cuenta de que el árbol nuevo que había crecido, tenía forma de ave. Y quedaron asombrados, porque nunca habían visto cosa igual.
Tanto les llamó la atención, que se acercaron a él para cortarlo.
Pero antes de dar el primer hachazo, el árbol se echó a volar y sus hojas temblaron como plumas al viento.
Los hombres que cortaban árboles avisaron a un cazador. Disparó y cayó muerto el árbol al vuelo, empapando la tierra con las gotas de sangre que manaban de su herida.
Al año siguiente una arboleda grande crecía en aquel lugar. Cada gota de sangre había llegado a ser un árbol que se levantaba hacia el cielo con las raíces clavadas en la tierra".
Cuando la bella elfa terminó de hablar muchos nos sumimos en silencio, pero un adolescente curioso le preguntó:
"¿Quién te ha enseñado ese cuento? "
A lo que la elfa respondió tras prender en él sus bellos ojos, musitando suavemente como si fuera la brisa que acariciara las ramas del bosque en derredor:
"Mi abuelo era el árbol en forma de ave, al que mataron de un disparo. Yo he nacido de su sangre… "
Fue entonces cuando aconteció algo maravilloso, la elfa se inclinó ante nosotros y tras temblar levemente se trasformó en un hermoso pájaro de alas púrpureas, emprendiendo el vuelo con la misma elegancia con que nos contó su historia, y así fue como observé su vuelo y el bosque que nos rodeaba y entendí que hasta las cosas mas pequeñas, tienen su historia...
"Érase una vez un árbol que vivía de puntillas sobre el suelo.
Este árbol ponía una sonrisa en primavera, cuando brotaban sus tallos, alegría en verano cuando maduraban sus frutos y nostalgia en otoño cuando se iba quedando desnudo. Un invierno vinieron unos hombres serios y lo cortaron.
El árbol vio como lo arrancaban de aquel trozo de tierra y lo llevaron.
Era un árbol fuerte y valiente, que resistió hasta en su misma muerte, y es que sabía lo que es aguantar el azote de la arena que llevaba el viento y el soplo helado de la noche que congela hasta la savia.
No dejó escapar ni una sola queja cuando lo cortaron. Tan sólo cayó de él una pequeña lágrima que fue a caer en el hueco que dejó en la tierra.
Nadie se dio cuenta, pero con el paso del tiempo, de aquella lágrima creció otro árbol que también era fuerte.
Un día, los hombres que cortaban los árboles, se dieron cuenta de que el árbol nuevo que había crecido, tenía forma de ave. Y quedaron asombrados, porque nunca habían visto cosa igual.
Tanto les llamó la atención, que se acercaron a él para cortarlo.
Pero antes de dar el primer hachazo, el árbol se echó a volar y sus hojas temblaron como plumas al viento.
Los hombres que cortaban árboles avisaron a un cazador. Disparó y cayó muerto el árbol al vuelo, empapando la tierra con las gotas de sangre que manaban de su herida.
Al año siguiente una arboleda grande crecía en aquel lugar. Cada gota de sangre había llegado a ser un árbol que se levantaba hacia el cielo con las raíces clavadas en la tierra".
Cuando la bella elfa terminó de hablar muchos nos sumimos en silencio, pero un adolescente curioso le preguntó:
"¿Quién te ha enseñado ese cuento? "
A lo que la elfa respondió tras prender en él sus bellos ojos, musitando suavemente como si fuera la brisa que acariciara las ramas del bosque en derredor:
"Mi abuelo era el árbol en forma de ave, al que mataron de un disparo. Yo he nacido de su sangre… "
Fue entonces cuando aconteció algo maravilloso, la elfa se inclinó ante nosotros y tras temblar levemente se trasformó en un hermoso pájaro de alas púrpureas, emprendiendo el vuelo con la misma elegancia con que nos contó su historia, y así fue como observé su vuelo y el bosque que nos rodeaba y entendí que hasta las cosas mas pequeñas, tienen su historia...
almacocon02:
Gracias ☺️
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