Respuestas
Respuesta:
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.
La lámpara de mi alma te sonrosa los pies,
el agrio vino mío es más dulce en tus labios:
oh segadora de mi canción de atardecer,
cómo te sienten mía mis sueños solitarios!
Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda.
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo
estanca como el agua tu mirada nocturna.
En la red de mi música estás presa, amor mío,
y mis redes de música son anchas como el cielo.
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto.
En tus ojos de luto comienza el país del sueño.
Respuesta:
4. Amor enterrado (Sara Teasdale)
Cuando las pasiones son apagadas por los aguaceros de la vida, siempre buscamos qué hacer con el amor que queda y que, por estar desfalleciendo, duele. Teasdale nos cuenta, con este poema de 16 versos, lo que podemos hacer con el moribundo amor.
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He venido a enterrar al amor
debajo de un árbol,
en el bosque negro y alto,
donde nadie pueda verlo.
No pondré flores en su cabeza,
ni una lápida a sus pies,
pues esos labios que tanto amaba
fueron amargos, nada.
No volveré al sepulcro,
pues el bosque es frío.
Reuniré toda la alegría
que mis manos puedan abarcar.
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Estaré todo el día bajo el sol,
donde los salvajes vientos soplan,
pero lloraré por las noches,
cuando no haya nadie para escuchar.